La Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU) entró en vigor el pasado miércoles y su implantación ha sembrado dudas entre los investigadores, que ahora mismo tienen dos frentes abiertos: la suspensión de las acreditaciones de ayudante doctor por parte de la Aneca (Agencia Nacional de la Evaluación de la Calidad y Acreditación) porque la ley ya no contempla la necesidad de las mismas y la imposibilidad de estos de estabilizarse como contratados doctores mientras las comunidades autónomas no regulen la figura de profesorado permanente laboral (la LOSU no contempla que las universidades contraten personal por las figuras presentes en la LOU). De esta forma, asociaciones de investigadores como Investigal lanzan una advertencia, pues al perder la única evaluación externa por la que pasaban los postdoctorales (la acreditación de Aneca), las instituciones tienen más facilidades para aumentar la endogamia de su personal.
Alfonso Lago, vicerrector de Profesorado de la UVigo, explica a este periódico que, por el momento, la entrada en vigor de la LOSU no afectará a aquellos que pretendían estabilizarse este año como contratados doctores en la institución porque “ya hemos agotado la oferta pública para la contratación de este tipo de figuras hasta que se apruebe la OEP de 2023”. Apunta que con los contratados doctores “no deberá haber problema porque podrán, si lo desean, solicitar el paso a profesorado permanente laboral una vez esté regulado”, pero que los vicerrectores de profesorado de las universidades gallegas pedirán una reunión con la Xunta para conocer su posición.
La otra gran polémica que desató la entrada en vigor de la nueva ley fue la repentina decisión de Aneca de suspender la posibilidad de solicitar acreditación para ayudante doctor pese a que la LOSU estableció una disposición transitoria para considerarla como mérito preferente durante cuatro años. “Si quitas la acreditación es un cambio de las reglas del juego que hará competir a gente acreditada con gente que no lo está, pero que hizo méritos para conseguirla”, critica Hugo López, investiagador del grupo SING de la UVigo y portavoz de la asociación Investigal.
López cree que la moratoria de cuatro años es “razonable”, pero que ya no sirve de nada si Aneca ha eliminado la posibilidad de solicitar la acreditación. “Las personas que estaban haciendo los últimos méritos para pedirla ahora se encuentran con una situación en la que estarán cuatro años penalizados a la hora de aspirar a esta plaza”, matiza. “Pensamos que esta decisión les perjudica claramente”.
“Hasta el día 12 hubo un aluvión de solicitudes de acreditación”
El de ayudante doctor es el paso posterior al contrato postdoctoral y el previo al de contratado doctor (figura que se extinguirá con la LOSU). Aunque la cifra de afectados por la decisión de Aneca de suspender la acreditación en la UVigo es muy difícil de calcular, el investigador Hugo López sostiene que, “varias decenas de personas de la universidad se verán perjudicadas”. De hecho, comenta que, desde el anuncio de Aneca el 31 de marzo hasta el día 12, último para poder pedir la acreditación, hubo “un aluvión de solicitudes” porque había muchos que estaban ya haciendo sus últimos méritos o que pensaban pedirla a finales de año.
Sobre el cambio de la ley que elimina la necesidad de acreditarse, Hugo advierte: “Esto puede fomentar la endogamia porque la acreditación era la única evaluación externa que se hacía en el proceso. El motivo oficial es que lo hacen para eliminar un cuello de botella, pero nosotros entendemos que el verdadero cuello de botella es que no sacan plazas".
