UNIVERSIDAD

Investigación internacional sobre la biodiversidad del suelo

María Jesús Iglesias Briones.
photo_camera María Jesús Iglesias Briones.

"En España, las políticas de protección del suelo se centran principalmente en la lucha contra la desertificación y la contaminación, y más recientemente está sobre la mesa la proposición de  Ley de suelos de alto valor agrológico y otros suelos de interés agrario, pero ya es hora de que las políticas de conservación tengan en consideración que los suelos están vivos e incluyan específicamente la protección de los organismos edáficos y las funciones que realizan, y no solo para asegurar las que las actividades industriales, urbanísticas y agrarias sigan funcionando al mismo ritmo", explica la catedrática del Departamento de ecología y biología animal de la Universidad de Vigo María Jesús Iglesias Briones.
Junto a casi una treintena de investigadores internacionales, Iglesias Briones firma un artículo que este viernes publicará "Science" titulado "Tracking, targeting, and  conserving soil biodiversity. A  monitoring and indicator system can inform policy", en el que este grupo de científicos y científicas, liderados por Carlos A. Guerra de la Universidad de Leipzig, alerta de la necesidad de que la biodiversidad de los suelos y los servicios  ecosistémicos que dependen de la misma, sean incorporados en las estrategias y políticas internacionales de conservación y manejo de los suelos.

La publicación, liderada por el Centro Alemán para la Investigación Integrativa de la Biodiversidad (iDiv), la Universidad Martin  Luther Halle-Wittenberg (MLU), la Universidad de Leipzig (UL) y la Universidad Estatal de Colorado, y que cuenta con la participación de las universidades españolas de Vigo, Alicante y Pablo de Olavide, demanda la protección de la biodiversidad de los suelos a los cerca de 200 estados que están negociando una nueva estrategia en el marco del Convenio sobre Diversidad Biológica (CDB) de las Naciones Unidas. "Si no protegemos los suelos para las generaciones futuras, tampoco se puede garantizar la preservación de la biodiversidad global ni mantener la producción de alimentos", explican los autores del artículo, que también proponen la creación de una red de monitorización global basada en muestreos estandarizados que permitan conocer el estado global de la biodiversidad del suelo.

Los autores del artículo que aparecerá en "Science" alertan en su estudio de la gran velocidad a la que se están degradando los suelos. Tal es el caso de grandes extensiones sometidas la agricultura intensiva que reciben dosis excesivas de fertilizantes y pesticidas; otros que son compactados o sellados cubriéndolos con edificios o infraestructuras o que son expuestos a fenómenos  erosivos causados por el viento y el agua, sin olvidar la degradación adicional que el calentamiento global está produciendo. "Se estima que cada año se pierden alrededor de 24.000 millones de toneladas de suelo fértil en todo el mundo, lo cual pone en peligro la provisión de los servicios ecosistémicos que proporcionan los suelos, como la regulación del clima, el suministro de agua limpia o la protección frente a plagas o enfermedades", señalan los investigadores.n

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