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Ethereum, la nueva criptomoneda que aspira a superar a Bitcoin

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La plataforma ideada por Vitalik Buterin expande las posibilidades del uso de la tecnología Blockchain y pretende construir un nuevo paradigma no sólo en el campo de las transacciones monetarias sino también en el del emprendimiento, la financiación y la creación de software.

La llegada del correo electrónico dividió a la sociedad en dos grandes grupos: aquellos que pensaban que aquella forma virtual e impersonal de mandar mensajes no iba a llegar a ningún lado, y quienes creían que esta nueva manera de comunicarse iba a aniquilar el correo tradicional en cuestión de años. Una reacción similar es a la que se enfrentan iniciativas como la de Bitcoin, una criptomoneda que permite realizar pagos sin intermediarios, en cualquier lugar del mundo y a menor coste de manera casi instantánea, y cuyo futuro, envuelto en especulaciones, se presenta incierto.

Del mismo modo que la tecnología en la que se basa el correo electrónico se empezó a desarrollar en los años 60 pero no se generalizó hasta mucho después, es posible que no seamos conscientes de los verdaderos cambios que supone Blockchain hasta dentro de un tiempo. Blockchain es el sistema en el que se sustenta Bitcoin; una tecnología que nació con la voluntad de ser accesible y compartida por todo el mundo, un espíritu que empieza a dar sus frutos.

Vitalik Buterin es un joven de 24 años al que hace cuatro se le ocurrió dar una vuelta de tuerca a la ocurrencia de Satoshi Nakamoto, el misterioso creador (o creadores) de Bitcoin. La idea surgió en un momento de frustración mientras jugaba a un videojuego, sus creadores hicieron un cambio (para mal) en uno de los personajes favoritos de Buterin; fue el hecho de no haber tenido en cuenta a los usuarios al hora de tomar esta decisión lo que más le enfadó. Ahora, gracias a lo que supuso aquel enfado, no sólo se puede usar la criptomoneda creada por Buterin en esos videojuegos sino también en juegos “de toda la vida” como las cartas y, lo que es más importante, en muchísimas otras prácticas o negocios.

Este genio nacido en Rusia y criado en Canadá, que cuenta con una biografía plagada de peculiaridades, consiguió lanzar Ethereum al mercado en 2015 gracias al mecenazgo de miles de personas de todo el mundo que confiaban en el proyecto. De esta manera se ponía en marcha la plataforma utilizando los mismos principios en los ella se basa.

Ethereum es una criptomoneda, el Ether, pero está diseñada para que dé la posibilidad de crear muchísimas más. El valor del Ether está todavía muy lejos del de Bitcoin, sobre unos 500$ por los más de 8450$ de la criptomoneda de Nakamoto aproximadamente. Sin embargo, el valor real de Ethereum no es monetario.

La idea que Vitalik Buterin quería recuperar es la misma que estaba detrás del nacimiento de Internet: información compartida, acceso libre y control únicamente por parte del usuario. Así, Ethereum se presenta como una plataforma descentralizada en la que se pueden desarrollar aplicaciones utilizando la tecnología Blockchain. Tradicionalmente, cualquier aplicación depende de un único servidor, por lo que si éste falla o realiza algún cambio eso puede dejar sin servicio o afectar a millones de personas que no tienen ningún control sobre ello. Con Blockchain hay miles de usuarios denominados “nodos” que se encargan de verificar y mantener cualquier operación que se dé en la plataforma, todos ellos tienen acceso a toda la información.

En Ethereum, aquello que se verifica y mantiene vía Blockchain son una serie de acuerdos pactados entre diversos usuarios, los llamados “smart contracts” o contratos inteligentes. La plataforma permite establecer el contrato y ponerlo en práctica a través de “tokens”. Cualquier persona puede lanzar un proyecto al que dotará de una determinada cantidad de tokens que los demás pueden adquirir, se cambia una criptomoneda general por una particular bajo las condiciones establecidas en el contrato inteligente.

Estos intercambios han dado lugar a una nueva forma de financiación para todo tipo de negocios o iniciativas, con sus ventajas y sus riesgos. Se llaman Initial Coin Offering (ICO) y aunque estén dando sus primeros pasos y haya mucho que aprender sobre ellos, no sólo en cuanto a su funcionamiento sino también en cuanto a su futuro, son la muestra clara de que al final Bitcoin era sólo la arroba de todo esto, todavía falta mucho camino por andar.

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