Inteligencia artificial: una revolución digital no exenta de riesgos

Las máquina empiezan tomar decisiones gracias a los avances en inteligencia artificial.
photo_camera Las máquina empiezan tomar decisiones gracias a los avances en inteligencia artificial.
Los teléfonos móviles  han impulsado el uso de la inteligencia artificial en muchas actividades cotidianas, unos procesos que pueden conllevar problemas de privacidad.

La inteligencia artificial (IA) es una de las grandes prioridades digitales de empresas y gobiernos para los próximos años. Las cifras a nivel mundial reflejan el crecimiento imparable que experimenta este tipo de proceso informático, que va desde el uso de complejos algoritmos para controlar el tráfico hasta el uso de filtros de imagen para crear imágenes o videos ultrarrealistas sin datos previos. Según datos de IDC, empresa especializada en el análisis de datos de consumo y telecomunicaciones, estima que el mercado de la IA alcanzará los 403 mil millones de euros en 2022, y superará los 512 mil millones de euros para 2024.

La inteligencia artificial no es algo nuevo, pero sí ha dado un salto de calidad y de complejidad en los últimos cinco años, con la aparición de ordenadores cada vez más rápidos y la expansión de los teléfonos inteligentes. Es una disciplina que existe desde los años 50, pero la adopción de estos procedimientos informáticos ha crecido de forma imparable durante las últimas décadas, como resultado de las mejoras en costes, tiempo de entrenamiento y capacidades de generar resultados casi a tiempo real de los procesadores actuales.

Los avances en las capacidades de los chips y el uso de las GPU (tarjetas y procesadores gráficos independientes) han contribuido a impulsar las cargas de trabajo de IA, en vertientes tan complejas como el aprendizaje automático. Este es el mismo proceso por el cual los ordenadores aprenden a jugar al ajedrez, o los sistemas de seguridad de los dispositivos móviles detectan las caras en fotografías o controles biométricos. En este sentido, los sistemas de proceso de datos en la nube también han tenido un impacto considerable en el desarrollo de la IA, aunque los riesgos en el mal uso de este avance digital puede conllevar el robo de datos, la suplantación de identidad o la incapacidad de la IA de tomar decisiones más allá de la frialdad de los datos.

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