El verano que llega será muy cálido y con abundantes tormentas, más que nunca

Dos bañistas disfrutan de una jornada de calor en Samil. // Vicente Alonso
photo_camera Dos bañistas disfrutan de una jornada de calor en Samil. // Vicente Alonso
Las lluvias estivales estarán entre un 40 o un 50% por encima de la media para esta época

El verano, que dará comienzo el próximo 21 de junio, se prevé de nuevo muy caluroso y con tormentas “más abundantes que otros” estíos en España, después de la primavera más cálida en los últimos 62 años. El portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), Rubén del Campo, explicó que las probabilidades apuntan a un verano no solo cálido, sino “muy cálido”, y tormentoso. “No podemos saber aun si será más caluroso que el verano del año pasado, pero podría situarse entre los 5 más cálidos de los últimos 30 años”, explicó.

Respecto a las lluvias para esta estación veraniega, que durará aproximadamente 93 días y 16 horas, y terminará el 23 de septiembre con el comienzo del otoño, la precipitación salvo para el Cantábrico y las Islas Canarias, donde no hay una tendencia clara, estará entre un 40 o un 50% por encima de la media para esta época.

Pese a ello, lamentó que la realidad es que en verano aunque llueva, las precipitaciones normalmente no suelen ser abundantes como para paliar situaciones de sequía meteorológica y “habrá que esperar a otoño” a ver cómo evoluciona la situación de escasez de agua.

Por otra parte, y con respecto a la primavera, desde Aemet resaltaron que se trata de la más cálida de la serie histórica, cuyo arranque se sitúa en 1961. Se comportó “extremadamente cálida”, con una temperatura en la España peninsular de 14,2 grados, y supera en 0,3 grados a la más cálida hasta ahora, que fue la del año 1997.

Marzo y abril

Los meses de marzo y abril mostraron un comportamiento muy cálido: marzo fue el tercero más cálido de la serie, mientras que abril arrojó una temperatura media superior en 3 grados al promedio normal y además tuvo lugar un “importante episodio de altas temperaturas” a finales de mes.

En este punto, Del Campo destacó que entre los días 25 y 29 de abril todas las jornadas fueron “las más cálidas para esas fechas desde, al menos, 1950”. Córdoba alcanzó una temperatura máxima de 38,8 grados, la más alta registrada en la España peninsular en abril. Mayo, en cambio, se trató de un mes normal en conjunto, aunque con marcadas diferencias entre los diez primeros días, que conformaron un período cálido, y el resto del mes, con temperaturas en general por debajo de lo normal en el conjunto de España.

En cuanto a las precipitaciones, fue la segunda primavera más seca de la serie histórica con una precipitación acumulada en la España peninsular de 95 litros por metro cuadrado, cifra que corresponde únicamente al 53% del valor normal dentro del período de referencia 1991-2020. La Aemet confirmó que “tan solo la primavera de 1995, con 85 litros por metro cuadrado, fue más seca que la de 2023, y son los únicos casos, desde al menos 1961, en que no se llegan a acumular como mínimo 100 litros por metro cuadrado en primavera”.

Sin embargo, Del Campo afirmó que dado el carácter muy seco de la primavera, al concluir dicha estación “España continuaba en la situación de sequía meteorológica que comenzó en el invierno”.

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