Padres y profesores solicitan el fin de los deberes de verano

Un niño se refresca con los juegos de agua del parque de la Alameda en Ourense.
photo_camera Un niño se refresca con los juegos de agua del parque de la Alameda en Ourense.

Ofrecen alternativas como caminar descalzo por la hierba o convertir la cocina en un laboratorio

Soñar despierto, andar descalzo por la hierba y convertir la cocina o el supermercado en un laboratorio matemático son alternativas a los deberes de verano que proponen la profesora y formadora Pilu Hernández Dopico y Eva Bailén, una madre que consiguió casi 230.000 firmas por la racionalización de las tareas educativas. Eva Bailén defiende que los deberes durante el verano, “salvo que el niño lo pida porque le gusta”, son “contraproducentes” para quienes trabajaron bien durante el curso y lo que necesitan es descansar.

Este tipo de tareas suelen ser muy “repetitivas” y los estudiantes que tuvieron alguna dificultad de aprendizaje durante el año escolar, sin el apoyo de los profesores, “se van a desmotivar”, añade Bailén, que tiene activa en la plataforma change.org una campaña por la racionalización de los deberes (229.975 firmas). En este sentido es más partidaria de acercar la vida real a los conocimientos transmitidos en la escuela, por ejemplo convertir la cocina en un laboratorio de divisiones y multiplicaciones o utilizar los juegos de mesas, porque en definitiva de lo que se trata es de “aprender y no hacer ejercicios”.

En similares términos, Aránzazu, periodista y madre de dos niñas pequeñas, es contraria a imponer los deberes, pero sí defiende actividades como leer y llevar a la práctica diaria lo que sus hijas aprenden en el centro educativo, algo que de hecho ya hace durante todo el año, no solo en el periodo estival. No está a favor de que todos los días sea obligatorio dedicar un determinado tiempo a los deberes y acabar los cuadernos veraniegos de repaso, pero sí mantener “un poquito la rutina” para evitar que las niñas estén desconectadas durante casi tres meses.

Educación coaccional

La profesora Pilu Hernández Dopico se pregunta en una entrevista si no es suficiente que los escolares pasen casi diez meses un mínimo de cinco horas diarias “sentados en una silla y obedeciendo, porque en muchas ocasiones la educación de hoy es coaccional y corta la creatividad”. “¿Qué pasaría si una empresa mandara a todos sus empleados trabajo en sus vacaciones? Abriría todos los informativos de todo el mundo. Entonces, ¿por qué no vemos así los deberes? Para los niños no dejan de ser un trabajo y están cansados.

Hernández Dopico, que además de maestra imparte cursos de formación a futuros profesores, defiende dejar a los niños disfrutar de su descanso y que las familias piensen en otros “deberes” para los niños: soñar despierto, andar descalzo por la hierba, leer, escribir, aprender a escuchar, jugar con globos de agua, compartir, observar estrellas fugaces o disfrutar de la compañía de los demás. En opinión de esta profesora, uno de los problemas es que se pretende que la educación sea cómoda y eso, subraya, “¡no es posible!”. “Una comodidad son los deberes, tienes ocupado y callado al niño durante una o dos horas en su habitación”, explica la maestra, quien rechaza en rotundo la argumentación de que los escolares puedan olvidar lo aprendido durante el curso en solo unos meses. 

A sumar y restar se puede aprender mientras se cocina

La profesora Pilu Hernández Dopico extendió su crítica a la educación que se da en España hoy en día. Por ejemplo, considera un error enfocarse en lo que le cuesta más al alumno, razón por la que muchos niños acuden a clases extraescolares. “Si el niño saca un cinco en matemáticas y un diez en música, fomenta aquello en lo que es bueno y llévale a solfeo, en lugar de clases de refuerzo de mates”, propone la docente.

Propugna también llevar a la práctica lo que se aprende en el colegio como sumar y restar mientras se trajina en la cocina o llevar al escolar a hacer la compra y que él controle el gasto y las vueltas. En cambio, sí es favorable a determinados cuadernos porque para aprender a escribir es necesaria la repetición: “Es la única manera de mejorar la caligrafía”.

La maestra no es la primera en levantar la voz en este tema. Desde hace tiempo, la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres del Alumnado (Ceapa) exige a las autoridades educativas y a los centros unas vacaciones libres de deberes. Durante los últimos años, la Ceapa lanzó una campaña llamada “Stop Deberes”, por la que denunciaban que la jornada lectiva podía llegar a exceder las 65 horas semanales por las tareas escolares, haciendo incapié en la necesidad de eliminar los deberes en las vacaciones de navidad.

La organización defiende que la asignatura pendiente de la educación es el tiempo libre del alumnado, y considera los deberes una práctica obsoleta que roba tiempo de ocio a la infancia y compromete la conciliación familiar.

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