Manel Domínguez, periodista, investigador y doctor en Comunicación Social

Manel Domínguez: "El edadismo es otra gran pandemia pero sin vacuna"

El periodista e investigador Manel Domínguez.
photo_camera El periodista e investigador Manel Domínguez.

Manel Domínguez, periodista, investigador y doctor en Comunicación Social, tiene 72 años biológicos y una esperanza de vida de 7.976 años según su DNI, que caduca el 1 de enero de 9999, un ejemplo de lo que denuncia como “la otra gran pandemia, pero sin vacuna” de este siglo: el edadismo.

Para la RAE, el edadismo es la “discriminación por razón de edad, especialmente de las personas mayores o ancianas” y, para Domínguez, su DNI es “un evidente síntoma de rechazo social” frente al que se ha rebelado con su libro “Sénior, la vida que no cesa” (Diëresis), que llama a un empoderamiento de la llamada tercera edad.

“Cuando eres joven puedes ser milenial, Z o Y, pero de los 60 a los 100 años todos somos tercera edad”, sostiene el autor, que ejerce como profesor emérito y director del máster universitario en Comunicación Social y Nuevas Tecnologías de la Universidad Abat Oliba CEU.

Pese a que social y profesionalmente ser joven es un valor al alza, vemos en los últimos tiempos el retorno del factor senior. Hay multinacionales que repescan a directivos ya jubilados y partidos que se encomiendan a veteranos políticos.

Ya viste a Madonna en la gala de los Grammy: “Soy una víctima del edadismo”. Hace ya hace diez años empecé a visualizar qué es esto del edadismo, por qué se había convertido en esa primera pandemia, antes de la covid, y una barbarie en la sociedad moderna.

¿El edadismo solo afecta a las personas mayores?

También los jóvenes son víctimas porque son anulados por sus propias franjas de edades en función de unos intereses sociales y económicos. Ha llegado el momento de ir hacia una sociedad de las edades que no elimine a los mayores, pero tampoco a los jóvenes.

¿Quienes lo sufren más?

Sobre todo si eres mujer, sénior y viuda, eres invisible para muchas organizaciones. ¡Es que no existes!

¿Y cómo afecta todo esto al debate sobre la edad de jubilación?

Es que la jubilación es un concepto antiguo. No envejecen las personas, sino las organizaciones. La jubilación debe ser un acuerdo entre la persona sénior, la empresa y el Estado. Y si tú no puedes jubilarte cuando lo deseas eso es también edadismo. Tú debes poder jubilarte cuando consideres que puedes jubilarte.

Pero la realidad es que a partir de los cincuenta, o incluso antes, el mercado laboral ya no te cotiza como antes.

Es que en Recursos Humanos también se han quedado antiguos. ¿Cómo te seleccionan ahora? Con un algoritmo, y LinkedIn ya no te coloca a los cincuenta y pico. Porque también existe un edadismo de las redes, un edadismo que es un atentado al talento sénior.

¿Hay entonces muchos tipos de edadismo?

Muchos. Mira mi DNI, que caduca en el año 9999 ¡El Estado ya me ha matado! También hay un edadismo del mundo de los seguros, donde el 80% de aseguradoras te rechaza por la edad, y también hay un edadismo bancario.

Precisamente en ese sector hubo un antes y un después.

Sí, podríamos decir que todo empezó con la campaña “Soy mayor, no idiota” que lanzó el médico valenciano de 78 años Carlos San Juan. Él logró abrir el melón social del edadismo y hasta le recibió el presidente del Gobierno. Pero hay que decir que la banca ha sido más rápida que la política a la hora de reaccionar. Han creado el cliente preferente, que no hace colas, que tiene acceso a tecnologías que pueden comprender.

¿Y existe edadismo en el periodismo?

Solo hay que mirar los noticiarios de televisión. ¿Quedan presentadores de más de sesenta años? ¿Y cuántas veces oímos por la radio, aunque sea en clave de humor, aquello de: me lo puedes explicar para que entienda mi padre o mi abuelo? ¿Es que mi padre o mi abuelo son idiotas? En 2025 podría haber más de 12,8 millones de personas mayores en España. Los sénior somos y vamos a seguir siendo la mayoría.

Dice que el edadismo está detrás de 6,3 millones de casos de depresión en el mundo, pero también vemos a séniores que quieren parecerse a lo de 20 años.

Pero eso es otra cosa, es un tema de estética. Yo lo que pretendo es abrir un melón intelectual para combatir un engaño colectivo sobre la idea de que tu edad prejuzgue tu capacidad. Y conste que no estoy hablando de que minusvalorar la juventud, sino que la sociedad de las edades contempla la colaboración intergeneracional entre jóvenes y séniores.

Tenemos la imagen de séniores que se someten a operaciones de cirugía estética en busca de la eterna juventud, pero en su libro diferencia esto del papel que puede jugar la ciencia.

La industria de la estética ya existe desde hace muchos años, pero la biogerontología, el estudio de los procesos que regulan el envejecimiento, será la próxima revolución tras la tecnológica. Hoy día es más fácil para la ciencia hacerte rejuvenecer que curar el cáncer.

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