La Fiscalía alerta de un incremento “absolutamente exagerado” de la difusión de pornografía infantil en la red en los últimos años y, aunque el uso de la Inteligencia Artificial para ello es aún “muy puntual y reciente”, teme que se dispare y pueda servir para aumentar ese “negocio ilícito”. A raíz de las denuncias sobre la presunta creación y difusión con inteligencia artificial de falsos desnudos de niñas en Almendralejo (Badajoz), la fiscal de Sala de la Unidad de Criminalidad Informática, Elvira Tejada, evaluó, sin entrar en el caso concreto, el preocupante crecimiento detectado en el “tráfico de pornografía infantil en la red”.
“Cada vez hay un consumo pornográfico mayor, real o virtual”, advirtió Tejada, que pone el foco en las facilidades que ofrece la red para captar a menores y coaccionarles con el objetivo de conseguir material sexual que “luego se pone en circulación”, en ocasiones, con finalidades lucrativas. “Se ha convertido en un negocio, en una forma de ganar dinero”, apuntó.
Pornografía virtual
La fiscal de Sala explicó que el Código Penal castiga la elaboración, difusión o incluso posesión de material pornográfico infantil “real, técnico o virtual”. Es decir, también está penada la “pornografía virtual”, aunque la normativa obliga a que sean “imágenes realistas”, a que “parezcan reales”.
“No todo material que refleja una imagen de una persona desnuda es pornografía”, dejó claro la fiscal Tejada, que explicó que, además del realismo de las imágenes, “tiene que haber una clara tendencia lasciva” en su producción y difusión. Por ejemplo, un dibujo hecho a lápiz no entraría en ese delito, indicó Tejada, que añadió que una directiva de la Unión Europea de 2011, que ya recogía el concepto de pornografía virtual, dejó a criterio de los Estados sancionar los actos de producción de materiales pornográficos artificiales para el propio consumo, si no se difunden ni se toma “como base a ningún niño”.
Es la única excepción, pues a “efectos penales” la pornografía virtual funcionaría igual que la real, aclaró la fiscal, que subrayó que lo que busca salvaguardar este delito es “la protección de la infancia”. La Fiscalía detectó cierto “cambio de tendencia” en la difusión de pornografía infantil: se trata en ocasiones de “un negocio lucrativo” en el que “hay gente que fabrica pornografía”, y en ese contexto, el uso de la inteligencia artificial, “lo que hace es provocar que el movimiento de oferta y demanda sea cada vez mayor”. Tejada admitió su “temor” de que la IA “pueda servir para incrementar todavía más ese mercado ilícito” en un momento en el que el “tráfico de pornografía infantil está creciendo de una forma exagerada”.