Las cortas en plena Ribeira Sacra levantaron ayer las críticas de varios grupos ecologistas. Las talas se localizan en la carretera que comunica el núcleo de Loureiro con el embarcadero y el embalse de Santo de Ribas de Sil, así como con la presa de San Pedro y la localidad de Os Peares en el concello de Nogueira de Ramuín. Estas talas, realizadas por el pie, han afectado a “árbores centenarias e autóctonas”, como pinos o robles, explica el portavoz de Amigas das Árbores, Xosé Santos.
El ambientalista recuerda que “nos últimos anos a Ribeira Sacra ten sufrido todo tipo de estragos que teñen afectado aos seus valores etnográfico-culturais, as súas paisaxes, os seus ecosistemas. Resulta incomprensible que despois de tantas declaracións e de tantas teóricas proteccións se sigan estragando os valores patrimoniais”. Por último, varias organizaciones ecologistas denunciaron esta actuación y las consellerías de Medio Rural y Medio Ambiente deberán pronunciarse sobre la misma.
REORDENACIÓN DEL MONTE
Esta intervención está siendo desarrollada por la empresa forestal lucense H2O, contratada por la comunidad de montes de Vilar de Cerreda, dentro del plan de reordenación de su monte comunal y que aseguran cuenta con el visto bueno de la Consellería de Medio Ambiente.
Santos critica que esta empresa solamente está realizando la tala, pero que el aprovechamiento de esa madera la están haciendo otras firmas, aunque “non sabemos cantas hai detrás”. Además, la extensión de la tala abarca superficie del monte comunal, pero también de otras fincas privadas. Estos trabajos han creado ciertos problemas en la carretera, como que las ramas caídas invadan en algunas ocasiones la calzada o que, al caer encima de los guardarraíles han ocasionado daños en algunas curvas.
El portavoz de Amigas das Árbores recuerda que el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, “asegurou que coa declaración de Ben de Interese Cultural, a paisaxe da Ribeira Sacra estaba totalmente protexida”.
