Consiguen revertir en ratones el proceso de envejecimiento

Un científico sostiene a un ratón en su laboratorio.
photo_camera Un científico sostiene a un ratón en su laboratorio.
El español Juan Carlos Izpisúa demostró que puede retrasarse en roedores de mediana edad

A medida que se envejece no solo cambia el aspecto y la salud, sino que además cada célula del organismo lleva un reloj molecular que registra el paso del tiempo. Ahora, científicos lograron revertir el proceso de envejecimiento en ratones restableciendo parcialmente sus células a estados más juveniles. En concreto, el equipo del científico español Juan Carlos Izpisúa ha demostrado que puede retrasar de forma segura y eficaz este proceso en ratones de mediana edad y ancianos. 

“Además de abordar las enfermedades relacionadas con el envejecimiento, este enfoque puede proporcionar a la comunidad biomédica una nueva herramienta para restaurar la salud de los tejidos y del organismo, mejorando la función y la capacidad de recuperación de las células en diferentes situaciones de enfermedad, como las enfermedades neurodegenerativas”, resume el científico.

Izpisúa es investigador en el Laboratorio de Expresión Génica del Instituto Salk de La Jolla (California, EEUU), que realizó este trabajo en colaboración con Genentech, del grupo Roche. El artículo, por parte española, lo firman también Estrella Núñez, de la Universidad Católica San Antonio de Murcia, y Pedro Guillén, fundador de Clínica Cemtro (Madrid); ambos centros ayudaron a financiar la investigación.

Reprogramación celular

Los resultados que ahora se conocen tienen años de laboratorio detrás. Izpisúa y su equipo descubrieron en su día que, alterando la dosis, frecuencia y duración de unas moléculas llamadas factores de Yamanaka, podían programar las células para aumentar su resiliencia y funcionalidad “in vitro”. Se trata de reprogramación celular, un proceso en el que a través de la actividad de cuatro proteínas -factores de Yamanaka- se logra transformar cualquier célula adulta en una célula madre pluripotente inducida, capaz de dividirse de forma indefinida y convertirse luego en cualquier tipo de célula. El descubrimiento de este proceso por el japonés Shinya Yamanaka le valió un Nobel.

Después de los hallazgos “in vitro”, el equipo en 2016 informó por primera vez de sus avances en animales: entonces observamos, recuerda Izpisúa, “que este tratamiento contrarrestaba los signos del envejecimiento y aumentaba la esperanza de vida en ratones con una enfermedad de envejecimiento prematuro”. Más recientemente, en 2021, descubrieron que, incluso en ratones jóvenes, estos factores pueden acelerar la regeneración muscular; “tras estas observaciones, científicos han utilizado nuestra metodología para mejorar la función de otros tejidos, del corazón, cerebro o nervio óptico”, añade.

El estudio que ahora se publica tenía doble finalidad: comprobar si los efectos beneficiosos previamente observados en ratones con diversas enfermedades también ocurrían en ratones sin patologías y si pasaba a diferentes etapas de la vida. Por eso, un grupo de ratones recibió dosis regulares de los factores de Yamanaka desde los 15 hasta los 22 meses, lo que equivale a 50-70 años en humanos. Otro grupo fue tratado desde los 12 hasta los 22 meses (35-70 años en humamos) y un tercero solo un mes a la edad de 25 meses (unos 80 años en humanos).

“No observamos ningún efecto negativo en la salud, el comportamiento o el peso corporal de estos animales”, señala Pradeep Reddy, de Salk. En comparación con los animales control, no hubo alteraciones de las células sanguíneas ni cambios neurológicos en aquellos que recibieron los factores de Yamanaka; el equipo no encontró cánceres -un mayor riesgo está asociado al envejecimiento- en ninguno de los grupos.

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