La mejora de los sistemas de seguridad en los teléfonos móviles no impide que los terminales sean vulnerables a aplicaciones espía, intercepción de comununicaciones o sistemas de geolocalización no autorizados.
Cuando alguien quiere espiar el dispositivo de otra persona, el instalar una aplicación sin su conocimiento cuyo objetivo es controlar todos sus movimientos para hacer uso de esa información se conoce como cibercontrol, y es más común de lo que se cree, especialmente en relaciones entre parejas, situaciones de acoso y casos de extorsión.
La Oficina de Seguridad del Internauta (OSI) destaca que es importante aclarar que las aplicaciones que se utilizan para espiar dispositivos no tienen por qué ser maliciosas por sí mismas. De hecho, son útiles en muchos contextos. Sin embargo, su utilización con fines para los que no fueron creadas y sin el permiso explícito de los usuarios del dispositivo son es constitutivo de delito.
Smartphones con la señal GPS permanentemente activada, un consumo excesivo de la batería o ruidos de fondo extraños en las conversaciones pueden ser señales de que un teléfono puede estar “intervenido”. Para evitar este tipo de situaciones, es recomendable seguir algunos consejos:
- Cuidar la privacidad: resguardar los datos personales, así como cualquier otra información de ámbito privado al acceder a internet o las redes sociales.
- Impedir el acceso de terceros al móvil: es fundamental el uso de contraseñas, PIN y biometría y no compartir esa información con nadie.
- Revisar las aplicaciones instaladas: si hay alguna aplicación sospechosa o desconocida, desinstalarla de inmediato.
- Actualizar el sistema operativo del terminal: también es importante actualizar las aplicaciones y descargarlas desde las plataformas oficiales.
