Ana Molina Dermatóloga y divulgadora científica

“Antes cuando cumplías 18 te hacías un tatuaje, ahora relleno de labios”

La dermatóloga y divulgadora científica, Ana Molina.
photo_camera La dermatóloga y divulgadora científica, Ana Molina.

La piel es el mayor órgano de nuestro cuerpo. Pesa unos cinco kilos y tiene una superficie de unos dos metros cuadrados, por tanto, no es solo una capa externa, es todo un órgano lleno de vida y en continua regeneración. En los últimos años, las tendencias “beauty” no han parado de crecer, especialmente entre el público más joven. Desde el relleno de labios hasta la rinomodelación cada vez más mujeres deciden realizarse intervenciones estéticas para cambiar su apariencia. Según los últimos datos publicados por Statista, el mercado mundial de la medicina estética y la cirugía estética ha superado los 12.580 millones de dólares y se prevé que siga aumentando.

Entre lo más demandado, se encuentran las mamoplastias de aumento y las liposucciones en cirugía, y las inyecciones de bótox y ácido hialurónico dentro de las intervenciones no invasivas. Además, destaca el perfil joven del paciente, ya que un 50 % de las pacientes operadas tenían entre 19 y 34 años. La dermatóloga y divulgadora Ana Molina nos informa de algunas de las modas y mitos en belleza a raíz de la publicación de su libro “Piel sana, piel bonita” (Ed. Paidós). Esta guía aclaran cuestiones sobre las “locuras beauty” y ofrece consejos para cuidar la piel a cualquier edad.

 

¿Cómo surgió la idea del libro?

Soy dermatóloga y siempre me ha gustado mucho la comunicación. Me dediqué a la investigación durante un tiempo y, poco a poco, fui pasándome a la divulgación, lo que llamo “medicina narrativa”. Una forma de sanar a través del conocimiento. Luego empecé a trabajar en Radio Nacional con temas curiosos y a publicar en redes sociales. De ahí, con todo ese material surge el libro.

 

En los últimos años, cada vez más personas buscan tratamientos de medicina estética y dermoestética ¿a qué se debe el crecimiento de este interés?

Creo que el crecimiento es porque hemos comenzado a entender que la medicina estética y la cirugía no son lo mismo. La primera son procedimientos mínimamente invasivos con los que se obtienen resultados muy rápidos. Con la dermocosmética pasa igual. La gente tiene ganas de cuidarse y entender ese mundo. Al surgir perfiles que te cuenten sobre las cremas y los activos, ha empoderado mucho a la gente. Algunas personas controlan muchísimo y llegan a la consulta sabiendo lo que es un antioxidante, lo que son los retinoides…

 

¿Cómo podemos equilibrar las presiones a la belleza?

Es la pregunta del millón y llevo mucho tiempo dándole vueltas. A veces llegan niñas a la consulta o menores de edad que les han regalado ese tratamiento. Antes cuando cumplías 18 como acto de rebeldía te hacías un tatuaje y ahora es el relleno de labios. Además, muchas veces vienen con su madre que se lo ha regalado ella. Entonces es muy difícil frenarlo. Yo creo que esto va a seguir creciendo inevitablemente. En el futuro vamos a ver muy poquitas caras con arrugas y más rellenos. Y sobre todo, creo que lo importante es que se vaya entendiendo mejor porque la parte mala, especialmente en gente joven, es que se pasan en exceso. Esas chicas están más envejecidas que lo que son. Hay que encontrar el equilibrio, pero de momento está siendo difícil.

¿Son seguros los tatuajes?

A un dermatólogo no le gusta un tatuaje. Nos gusta desde un punto de vista artístico, pero no deja de ser una agresión para la piel en muchos niveles. Además, lo que siempre digo es que para quitar un tatuaje hay que pagar el “peaje”. No es fácil y la gente cree que tenemos una varita mágica. Yo sí que leería esa parte del libro para las personas que se lo planteen. Lo mejor es utilizar tintas negras u oscuras porque son las más fáciles de quitar. No hacer un tatuaje muy grande con muchos colores, nunca un tatuaje “blackout” que van encima de todos los lunares. Yo no tengo ningún tatuaje ni se me ocurriría, pero entiendo que forma parte de la cultura de la sociedad en la que vivimos.

¿Y los piercings?

Los piercings son más seguros porque lo puedes eliminar fácilmente, aunque a veces quede el agujero que hay que cerrar. Lo más peligroso son las modificaciones corporales extremas como las lenguas bífidas, dilataciones del lóbulo de la oreja, corsets con piercings, orejas de elfo…

 

¿Qué rutina de cuidado de la piel recomiendas para tener una piel sana?

En ciudades muy contaminadas habría que llevar primero un fotoprotector de spf 50+ (protección contra los rayos ultravioleta B). Luego protección solar frente a UVA que no todos lo ponen. Y por último, que lleve protección frente a infrarrojos y luz visible (luz azul) que suelen venir en forma de antioxidantes y nos protegen frente a la contaminación y la polución. Si el protector solar lleva un poco de color con óxido ferroso, es mejor porque protege sobre todo contra la luz visible. Lo importante es ser constante y no protegerla ante todos los factores externos.

 

¿Cómo debe ser una limpieza del rostro adecuada?

Si vives en una ciudad muy contaminada o te has maquillado mucho, debes limpiarte bien. Siempre debes limpiar la cara por la mañana y por la noche.

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