Putin reprime la deserción y cesa al jefe de logística militar

Un grupo de antidisturbios se llevan detenido a un joven que protestaba contra la movilización.
photo_camera Un grupo de antidisturbios se llevan detenido a un joven que protestaba contra la movilización.
La nueva ley establece penas de 5 a 15 años de cárcel para quienes deserten de su Ejército

Putin firmó ayer una ley que endurece las penas por la deserción, el saqueo y la rendición voluntaria de militares durante la movilización o la ley marcial, en tiempo de guerra o en las condiciones de un conflicto armado con condenas de hasta 15 años de cárcel. También rubricó una ley que estipula que los extranjeros que sirven en el Ejército ruso por al menos un año pueden solicitar la ciudadanía rusa sin presentar un permiso de residencia.

La firma de esta ley sucede tras el anuncio de que se llevará a cabo la movilización parcial de 300.000 reservistas -aunque algunas organizaciones independientes barajan que pueden ser más- para combatir en el frente de Ucrania. Tras el anuncio, miles de hombres que temen recibir una citación oficial para ir a Ucrania han abandonado el país, como atestiguan las colas en las fronteras con Kazajistán, Mongolia y Finlandia, y en puntos de cruce con Georgia. De hecho, Rusia admitió la existencia de una fila importante en el cruce fronterizo con este último país, con 2.300 vehículos esperando en Osetia del Norte para cruzar la aduana de Verjni Lars, la única entre los dos países.

 

DESTITUCIÓN MILITAR

Mientras tanto, el Kremlin también reemplazó a su militar de mayor rango a cargo de la logística de la campaña bélica en Ucrania cuando se cumplen siete meses de la guerra en el país vecino sin que el Kremlin haya logrado sus objetivos, que ahora pretende conseguir con una movilización parcial y referendos de anexión. El general Dmitri Bulgákov fue relevado de su cargo de viceministro de Defensa de Rusia “debido a que recibió otro destino”, señaló escuetamente el Ministerio de Defensa.

En su lugar fue designado el general coronel Mijaíl Mizíntsev, hasta ahora jefe del Centro de Control de Defensa Nacional de la Federación Rusa y quien fue el encargado de “dirigir personalmente” el asedio a la ciudad portuaria de Mariúpol, según Ucrania. Los medios occidentales le bautizaron como el “carnicero de Mariúpol”.

Esta destitución sigue a varias otras que el Kremlin acometió en los últimos meses de altos cargos al frente de la intervención bélica en Ucrania, según la inteligencia británica y centros de análisis como el Instituto para el Estudio de la Guerra. En los últimos siete meses Occidente ha destacado los problemas logísticos y de abastecimiento que sufre el Ejército ruso..

Por otro lado, en las regiones ocupadas por las tropas rusas se celebran los referendos promovidos por el Kremlin sobre la posibilidad de integrarse en Rusia. Las votaciones ya han comenzado, no solo con centros de votación, sino también con miembros de los comités electorales desplazándose a las viviendas; algunos, incluso, acompañados por militares armados. El medio independiente Meduza cita a dos fuentes próximas al Gobierno ruso que afirman que el resultado ya estaría decidido, cercano a un 90% de los votos a favor de la anexión. Una anexión que permitirá a Putin declarar que su territorio está siendo atacado y por tanto puede defenderlo con todos los medios a su alcance. Los resultados, aún así, no serán reconocidos por la mayoría de la comunidad internacional, y el mismo secretario general de la ONU, António Guterres, descalificó la celebración de estos plebiscitos.

Continúan las protestas mientras se suman cientos de detenciones

Al menos 752 personas habían sido detenidas ayer por la tarde hasta las 19,33 horas GMT en Rusia, en la segunda jornada de acciones de protesta contra la movilización decretada por Putin, según señaló OVD-Info, una organización que hace seguimientos documentados de arrestos en Rusia. Casi la mitad de las detenciones, 386, se registraron en la capital. En San Petersburgo, la policía empleó porras y táseres contra los manifestantes, según medios locales.

En Moscú, donde no dejó de llover en todo el día, las autoridades desplegaron un imponente dispositivo policial para impedir la manifestación de protesta, convocada por el movimiento juvenil opositor Vesná (Primavera).

Los efectivos antidisturbios estaban apostados en la salida de la estación de metro Chistíe Prudy, próxima al monumento al diplomático ruso Alexandr Griboyédov, señalado como punto de reunión de los manifestantes. Al menos una decena de furgones policiales se hallaban aparcados junto al bulevar a la espera de los detenidos.

“En este lugar ha sido convocada una acción no autorizada. Circulad”, repetían cada cierto tiempo los altavoces policiales. Varios viandantes que se detuvieron junto al monumento fueron detenidos inmediatamente. “¿Por qué me llevan? Voy a la estación de metro”, dijo una joven a los policías que la escoltaban hacia un furgón. La única respuesta fue: “¡Andando, que si no, será peor!”.

Te puede interesar