Los responsables de algunas de las principales organizaciones de Naciones Unidas expresaron ayer su preocupación por la decisión de más de una decena de países de suspender sus aportaciones económicas a la agencia que asiste a los refugiados palestinos: la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos en Oriente Próximo (UNRWA), ya que puede conllevar “consecuencias catastróficas” para la población de la Franja de Gaza.
“La UNRWA, como organización humanitaria más grande de Gaza, ha estado proporcionando alimentos, refugio y protección, incluso cuando sus propios miembros del personal estaban siendo desplazados y asesinados”, señaló el Comité Permanente Interinstitucional, que considera que “el mundo no puede abandonar al pueblo de Gaza” en las condiciones actuales.
Así, los dirigentes firmantes, entre los que figuran los responsables de la OCHA, UNICEF, la OMS, el PNUD, la OIM o el PMA, llamaron a separar las actividades que pudieran realizar algunos trabajadores de la UNRWA acusados de colaborar con Hamás -y que deberán rendir cuentas- del mandato de una organización que atiende a personas que necesitan ayuda “desesperadamente”.
Cientos de miles de personas están ahora sin hogar y “al borde de la hambruna” y, al margen de la UNRWA, “ninguna otra entidad tiene la capacidad de ofrecer la escala y la amplitud de ayuda” que requiere “con urgencia” la población gazatí, añadieron.
Por este motivo, llamaron a los gobiernos que congelaron su colaboración con la citada agencia a “reconsiderar” su decisión. “La retirada de fondos de la UNRWA es peligrosa y derivaría en el colapso del sistema humanitario en Gaza, con consecuencias humanitarias y de Derechos Humanos de gran alcance en el territorio palestino ocupado y en toda la región”, advirtieron.
Supuesto apoyo a Hamás
La decisión de algunos países de retirar el apoyo económico a UNRWA sucede días después a que la agencia de la ONU anunciase la expulsión y apertura de una investigación a 12 integrantes del organismo por su supuesta participación en los ataques del pasado 7 de octubre por parte del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás), que se saldaron con 1.200 muertos y alrededor de 240 rehenes.
Tras ello, numerosos países, entre los que se encuentran Estados Unidos, Alemania, Italia, Finlandia o Japón, entre otros, suspendieron sus aportaciones económicas a la agencia en medio de una preocupación generalizada de que esto tenga “consecuencias catastróficas” para el suministro de ayuda a la población gazatí.
