Francia, ante un panorama político “inaudito e incierto”

El presidente Emmanuel Macron, durante un evento sobre tecnología la semana pasada.
photo_camera El presidente Emmanuel Macron, durante un evento sobre tecnología la semana pasada.
Mélenchon anuncia la presentación de una moción de censura contra el Gobierno de Macron

Los resultados de las elecciones legislativas celebradas el domingo en Francia colocan al presidente del país, Emmanuel Macron, en una tesitura delicada: aunar esfuerzos para lograr apoyos y poder gobernar un país sin mayoría absoluta y ante la fuerte irrupción de la izquierda en el Parlamento. Aunque Macron y sus aliados de centro-derecha siguen siendo la lista más votada y han evitado tener que nombrar al líder de Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, primer ministro del país, el hemiciclo será escenario de una profunda fragmentación política sin precedentes en la historia de la V República.

Con 244 diputados, la coalición “macronista” Juntos tendrá que hacer frente a las izquierdas aglutinadas por Mélenchon en una sola candidatura, la Nueva Unión Popular Ecologista y Social (conocida como Nupes), y los ultraderechistas de Agrupación Nacional, liderada por Le Pen, que se erigirán como las principales fuerzas opositoras tras hacerse con 131 escaños y 89, respectivamente.

Mélenchon anunció ayer que presentará una moción de censura contra el Gobierno que tiene pocos visos de prosperar. Es previsible que la apoyen los partidos que forman Nupes. Sin embargo, el  más que posible rechazo de los grupos que apoyan a Macron, así como de la derecha moderada de Los Republicanos, configuran una aritmética que impediría sacar adelante la moción, aún siendo todavía dudosa la posición del partido de Le Pen. De este modo, la propuesta se presenta más como una declaración de intenciones que como algo realista.

Será la primera batalla en una legislatura que se presenta complicada para Macron, situado entre dos frentes que pretendía combatir, la Francia Insumisa y Agrupación Nacional. Sus aliados de centro necesitarán unir fuerzas para sacar adelante sus proyectos y regulaciones, apretados por ambas bandas, ya sea mediante la formación de una coalición de gobierno o recabando los votos necesarios en cada ocasión. Los Republicanos, partido al que se apuntaba como posible socio, expresó ayer su negativa a apuntalar a Macron.

Los diputados elegidos este domingo comenzarán su mandato oficialmente mañana, antes de que comience la legislatura el próximo martes, 28 de junio. En ese día será elegido el presidente de la cámara. Los políticos franceses tendrán una semana para decidir sus posturas de cara a establecer posibles pactos.

Aunque la candidatura de izquierda ha sido la gran vencedora y se ha convertido en el principal grupo opositor, la propuesta de Mélenchon de formar un grupo parlamentario conjunto no prosperará, rechazada por los líderes del resto de partidos de la alianza. El primer grupo de la oposición será el de Agrupación Nacional, que obtuvo 89 diputados. El resultado de la ultraderecha es diez veces superior al obtenido en 2017, y no era el esperado ni siquiera por su líder.

Con una abstención del 53,77 %, la segunda ronda de las legislativas ha supuesto un nuevo récord que ahonda la crisis institucional que atraviesa el país y que, para algunos analistas, se remonta a las protestas de los ‘chalecos amarillos’.

El presidente inicia la ronda de conversaciones con los partidos

El presidente francés, Emmanuel Macron, convocó a las fuerzas políticas que pretenden contar con un grupo parlamentario propio a una ronda de conversaciones que tendrá lugar en el Palacio del Elíseo el martes y el miércoles, según fuentes presidenciales citadas por la prensa francesa. “En la medida que no hay una mayoría alternativa, se plantea la cuestión de cómo llevar a cabo las transformaciones necesarias para el país”, planteó la fuente, recogida por la cadena BFMTV.

La portavoz del Gobierno, Olivia Grégoire, avanzó ayer que tiene el objetivo de “convencer a los moderados” para intentar sacar adelante el programa legislativo de Macron, aunque reconoció que “va a ser complicado”.

Por otro lado, Émeric Bréhier, responsable del Observatorio de la Vida Política de la Fundación Jean Jaurès, uno de los principales observatorios políticos de Francia, afirmó que la solución más lógica sería “un Gobierno en minoría” que intente tejer alianzas “caso por caso”, dijo. Es la más factible, pero es “extremadamente complicada”, explica, ya que en Francia no hay cultura del pacto. En el país galo no hay coaliciones desde hace más de 60 años, tiempos de la inestable IV República.

En todo caso, la Constitución contempla que el presidente puede disolver la cámara y convocar nuevas elecciones, una opción que Macron podría esgrimir en caso de que la Asamblea bloqueara al Gobierno de manera irreconciliable.

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