El detenido por violar a su hija menor llevaría poco tiempo en Moaña

Los agentes con el detenido en la comisaría de Pontevedra.
photo_camera Los agentes con el detenido en la comisaría de Pontevedra.
El peruano, un prófugo de la justicia de su país, vivía con sus dos hijos en el centro y fue cazado el miércoles para su extradición

El hombre detenido el pasado miércoles, 3 de abril, no llevaría mucho tiempo residiendo en el centro de Moaña antes de ser localizado por la Policía Nacional. Eso cree la comunidad peruana, que a lo largo de la jornada de ayer se mostraba sorprendida de que nadie conociese a este varón fugado de su país por agredir sexualmente y de forma continuada a su hija menor desde que tenía 8 y hasta los 12 años cuando residía al otro lado del Atlántico.  Aprovechaba, explica la Policía, para violar a la niña cuando la madre se encontraba en el hospital con otro hijo que padecía cáncer. Aunque también lo hacía en cualquier otro momento en que se encontraba sola, por ejemplo, en el baño. Las autoridades peruanas solicitaban para él la cadena perpetua, motivo por el que se habría fugado a España y, más concretamente, a la provincia de Pontevedra.

 

 

Una vez constatado por los agentes que el hombre se encontraba residiendo en Moaña, apremiaron su detención y la consideraron de “máxima prioridad” dada la “peligrosidad para la integridad física de los dos hijos que convivían con él”. Fue entonces cuando establecieron un dispositivo de vigilancia exhaustivo y discreto en los alrededores de su domicilio que permitió su localización y detención. De hecho, pasó desapercibida y fue cuando la Policía Nacional hizo públicos los hechos cuando autoridades locales y vecinos se enteraron de lo ocurrido. El detenido fue trasladado a la comisaría de Pontevedra y posteriormente se realizarán los trámites necesarios para su extradición.

 

 

Una fiesta en Vigo

El pasado fin de semana la comunidad peruana celebró una fiesta en Vigo donde muchos de los asistentes recuerdan que se comentó una situación similar, en la que un compatriota había agredido sexualmente a su hija menor, pero nadie la dio la suficiente veracidad e importancia hasta que ayer la noticia se hizo pública a través de un comunicado de la Policía Nacional y varias personas con las que contactó Atlántico comenzaron a atar cabos. Todas ellas manifestaron su más profundo rechazo y pidieron contundencia para evitar que acciones como esta manchen la imagen de los peruanos.

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