Gran éxito del Torneo + Deporte Atlántico, que proclamó a sus campeones tras unas finales muy disputadas ayer y cinco días de intensa competición con un gran éxito de participantes
Dicen que la experiencia es un grado. Y Róber Rodríguez tiene para dar y tomar. Pero lo que le sobra más todavía es tenis. Se le cae de los bolsillos en cada golpe. El vigués se proclamó ayer campeón del primer Torneo Atlántico, que organiza este medio, enmarcado en su programa +Deporte Atlántico, de la mano de la Federación Galega y en colaboración con el Concello de Vigo, que cedió las pistas municipales de Samil para la cita. Y no fue fácil para el viejo rockero. Los lobos jóvenes aprietan cada vez más al líder de la manada y Antón de la Puente confirmó su gran semana, de vuelta a las pistas tras un año de inactividad, con una fantástica final que tuvo que decidirse en el súper tie-break (6-3, 4-6 y 10-4).
El aplomo de la veteranía frenó el ímpetu de la juventud. Porque De la Puente fue capaz de revolverse ante el dominio de Rodríguez en el primer set, en el que varió efectos y alturas para incomodar al tenista de la Universidad americana de Sacramento. Con paciencia y sin salirse de su estrategia, el director deportivo del Club de Campo siguió obligando a Antón a defenderse. Todo el tiempo incómodo. Permanentemente a disgusto. Y cuando su rival parecía acostumbrarse a la altura del liftado, de repente le llegaba una bola cortada casi a ras de suelo. Un ejercicio de picapedrero.
Pero en tenis nada termina hasta que se acaba. El zurdo apretó en la segunda manga y, pese a jugar al lado del mar, fue capaz de hacer correr la bola, sobre todo con su derecha liftada, con la que movió mucho a su rival. De repente, Rodríguez ya no gobernaba el ritmo del choque. Es más, le tocó defenderse mucho más de lo que hubiera querido. Así, vio cómo su adversario encadenaba dos breaks consecutivos que llevaron el duelo a la resolución final.
Cualquiera tendría dudas después de manejar el choque y verse abocado al desempate tras un juego en el que casi cedió más errores no forzados que en el resto del partido. Pero Róber no es cualquiera. Respiró, levantó la cabeza, se conectó. Y entró al súper tie-break para arrasar. Cinco puntos consecutivos encarrilaron la final y, pese a la reacción de Antón, la cerró con un 10-4. De blanco impoluto, en homenaje a Wimbledon, Róber Rodríguez se convertía en el primer campeón Atlántico.
RÓBER RODRÍGUEZ. Campeón del Torneo Atlántico
“Samil es el sitio más bonito de Galicia para jugar a tenis”
El primer ganador del Torneo Atlántico de tenis estaba satisfecho. Siempre ilusiona ganar, incluso en la cuarentena. “Me he encontrado cómodo”, confesó el ganador, todavía sobre la pista. “Tenía sensación de controlar, sobre todo mi saque. Pero, cuando menos lo esperaba, me hizo el break y fuimos al súper (tie-break). Por suerte pude sacarlo adelante”, explica sobre un partido que ganó a base de paciencia para variar alturas y efectos. “Cuanto más mayor me hago y más juego contra jóvenes, más varío. A ellos les gusta golpear a la altura de la cintura y yo intento evitar eso. Por eso apuesto por pelotas altas con liftado y variando con el cortado para que no peguen como les gusta”, explicó.
Asimismo, Rodríguez se mostró agradecido con este periódico por “sacar adelante la iniciativa” y definió a Samil como “el sitio más bonito de Galicia para jugar a tenis” porque “se mezcla la gente que viene al torneo y los paseantes”.
ANTÓN DE LA PUENTE. Finalista del Torneo Atlántico
“Estar aquí después de tanto tiempo ya es un logro”
Había perdido, pero estaba contento. Porque para Antón de la Puente, “el hecho de estar aquí ya es un logro”, en referencia al año de inactividad que ha padecido fruto de la pandemia y una grave lesión de rodilla. “No me esperaba que respondiese tan bien”, reconoció sobre su articulación.
“La semana habría sido positiva aunque hubiera perdido en primera o en segunda ronda. Tuve la suerte ir ganando partidos y cogiendo ritmo. Hoy (por ayer) con Róber no pudo ser. Un perro viejo donde los haya”, comentaba entre carcajadas. Sobre el partido, De la Puente apuntó a que le “costó entrar al principio”, pero poco a poco fue mejorando. ”En el súper tie-break regalé de más", reconoció.
Pero, pese a todo, Antón sonreía. “Vino mi familia a verme, que hacía tiempo que no pasaba”, confesó ilusionado, al tiempo que tuvo unas palabras para el organizador: “Se agradece que Atlántico nos apoye".
