Tamara Falcó y Onieva ya son marido y mujer: así ha sido su boda

Imagen de archivo de Tamara Falcó e Íñigo Onieva, que ya son marido y mujer.
photo_camera Imagen de archivo de Tamara Falcó e Íñigo Onieva, que ya son marido y mujer.
La boda de la marquesa de Griñón, Tamara Falcó, e Íñigo Onieva es uno de los acontecimientos del año en el mundo de la alta sociedad española. Te contamos cómo fue el evento bautizado como 'la gran boda del año'

Ya nos lo advirtieron, la boda de Tamara Falcó e Íñigo Onieva iba a dar mucho que hablar. Y así ha sido. El pistoletazo de salida lo vivíamos el viernes desde el Hotel Ritz de Madrid, donde los dos tortolitos celebraban su preboda en compañía de sus seres queridos y algunos rostros conocidos de nuestro país y este sábado ha tenido lugar el gran día.

Tamara e Íñigo han cumplido su deseo y han sellado su amor para siempre. O por lo menos, hasta que el amor les dure. Lo han hecho muy enamorados, con 400 testigos y en la finca del recordado Carlos Falcó, El Rincón... pero lo cierto es que hasta llegar al palacio, muchos han sido los movimientos de los que hemos sido testigos desde primera hora de la mañana.

Por un lado había dos frentes: la casa de Isabel Preysler, en la que se encontraba Tamara y, por otro, la casa de Íñigo, donde estaba el empresario. Los movimientos no han parado sobre todo en Puerta de Hierro: muchos furgones, trabajadores, maquilladores, flores y seguridad llegaban para desempeñar sus funciones.

En casa de Íñigo no ha habido tanto desenfreno... más bien una fiesta mañanera que el joven ha disfrutado con sus amigos más cercanos y su hermano Jaime. Parece que no le bastó con cerrar el Ritz el viernes por la noche, que esta mañana ha preferido despedir su soltería con las personas que mejor le conocen.

Precisamente el hotel donde tuvo lugar la preboda de los protagonistas también ha sido el objetivo de nuestras cámaras, ya que allí hemos podido ver cómo los vestidos de novia de Tamara salían cargados por el equipo de Wes Gordon y los metían en unos furgones para llevarlos a El Rincón. Eso sí, las imágenes han sido dantescas, ya que parecían personas en camillas que eran transportadas a quién sabe dónde.

Tras comer y disfrutar de la compañía de los suyos, Tamara abandonaba el domicilio de su madre montada en un vehículo en el que iba el personal de seguridad y una ayudante. Muy sonriente y sin bajar la ventanilla, la novia se mostraba radiante horas antes de sellar su amor con el hombre de su vida.

Sin embargo... Íñigo nos ha hecho esperar. Tanto es así que en un primer momento los reporteros que estaban en las inmediaciones de su casa se han puesto nerviosos al ver que eran las 17h de la tarde y el novio no salía. Pocos minutos después, recién duchado y medio vestido, el ya marido de Tamara acaparaba los focos y se montaba en un vehículo que le llevaría a la finca.

Íñigo no ha sido el primer en llegar... de hecho, ha sido de los últimos. Su aparición en las inmediaciones del palacio se ha producido tiempo después de que algunos invitados, incluso su madre, estuvieran dentro. Algo más simpático con los medios, sí que bajaba la ventanilla y agradecía el interés.

Lo de después ya nos lo sabemos: autobuses que han salido desde el Ritz llegaban a la finca y muchos vehículos privados hacían su esperada aparición para disfrutar del que ya han bautizado como 'la gran boda del año'. Un eventazo del que llevamos hablando durante meses y que por fin ha tenido lugar.

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