Debate de investidura

Rueda promete “darlo todo” y que no habrá rupturas ni giros bruscos

Alfonso Rueda agradece los aplausos de su grupo al finalizar su discurso de investidura ayer en el Parlamento.
photo_camera Alfonso Rueda agradece los aplausos de su grupo al finalizar su discurso de investidura ayer en el Parlamento.
El líder del PPdeG presentó su programa para el nuevo mandato con el compromiso de gobernar por y para todos

“Seguirei sendo un humilde camiñante á beira do noso pobo e prometo dalo todo de min, todas as miñas forzas, todas as horas dos meus días e toda a experiencia acumulada nestes anos para que Galicia siga superándose”. Así se presentó el líder del PP gallego, Alfonso Rueda, en la primera jornada de su segundo debate de investidura, en la que expuso su programa de gobierno.

 

 

Aunque quedará investido el jueves previsiblemente solo con el apoyo de sus 40 diputados -Democracia Ourensana dio a entender que baraja la abstención, mientras que BNG y PSdeG anticiparon su “no”-, Rueda hizo un repaso por parte de las medidas incluidas en su programa electoral reconvertidas en compromisos en sede parlamentaria.  Lo hizo en un discurso que arrancó con un reconocimiento de sus aciertos y errores y que concluyó en la misma línea, asegurando que no puede garantizar que no se va a equivocar nunca, pero sí, dijo, que “cada decisión que tome, cada paso que dea e cada palabra que pronuncie será no interese supremo de Galicia e dos galegos”.

En este sentido, tras remarcar que “hai moito tempo que Galicia sabe quen é e que decidiu cal quere que sexa o seu destino”, prometió que lo daría  “todo” para que la comunidad continúe superándose. Y que lo hará con una convicción: “Cando non nos poñemos límites, as galegas e galegos somos imparables”.

“Todos os galegos”

Rueda remarcó su compromiso de gobernar “para todos” e incidió en que la confianza es el concepto sobre el que debía pivotar siempre la democracia. “Os cidadáns concédennos aos seus representantes unha confianza que sempre é temporal e revocable e fano cunha finalidade clara: administrar os recursos que proveñen do seu traballo”, argumentó. 

Para estar a la altura de esta responsabilidad, manifestó que los gobernantes debían responder con profesionalidad, con implicación y con ejemplaridad. Un contexto en el que asumió un nuevo compromiso: el de gobernar “con palabra”. No en vano, advirtió que nadie puede interpretar el voto del 18F como una carta blanca para actuar cuatro años, antes de garantizar que, por su parte, no lo hará. Así, apuntó que la confianza de los ciudadanos no “libera” a los dirigentes, sino que más bien al contrario, los “ata” a una forma de actuar que prometió “respectar e honrar en todo momento”.

Con más protagonismo para el BNG en la diana de los ataques, aún sin mencionarlo de forma expresa, Rueda arrancó su discurso con una declaración de intenciones: la de gobernar desde la normalidad de la Constitución y el Estatuto, junto con una advertencia: “Na nosa terra non haberá rupturas, bloqueos, nin xiros bruscos porque os galegos votaron para o contrario: o sentidiño e a autoexigencia”.

“Non esperen de min que levante muros entre cidadáns dun mesmo pobo, aínda que pensen diferente. Non esperen de min que cre fronteiras coa nación da que formamos parte, España, porque tampouco as haberá”, abundó en su intervención recordando el escenario actual con el debate de la ley de la amnistía y el conflicto catalán.

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