En los últimos meses, el secretario xeral del PSOE de Galicia, Valentín González Formoso, había apuntado que después de los comicios locales se pondrían en marcha este proceso interno, pero la decisión del líder del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de adelantar las elecciones generales ha motivado que los socialistas gallegos pospongan a septiembre las primarias.
De celebrarse sobre el mes de julio, fecha a la que apuntaban algunos dirigentes socialistas, el debate interno coincidiría con la campaña electoral para los comicios estatales, un aspecto que, tal y como han señalado fuentes socialistas, la dirección quiere evitar.
Al no haber adelanto de las autonómicas en Galicia, los socialistas gallegos podrán celebrar en septiembre este proceso interno y cumplir con las premisas que Formoso prometió para las primarias, como que fuese un proceso convocado con tiempo para que cualquier militante pudiese presentarse.
Análisis de los resultados en las municipales
Por el momento, los socialistas prevén centrarse en el análisis de los resultados de las elecciones municipales y en la posterior preparación de las elecciones generales, ya convocadas por el presidente Pedro Sánchez.
De este modo, tal y como han señalado fuentes socialistas, el PSOE de Galicia prevé reunir en la tarde del jueves a su ejecutiva para analizar los resultados de las municipales, en un contexto en el que el Partido Socialista logró en Galicia 80 mayorías absolutas o relativas y debe verificar, además, todos los municipios en los que tiene opciones de gobernar y los posibles pactos para ello.
Además, otro asunto que el PSOE gallego tendrá que analizar es la situación en la que queda Ourense, donde en principio la dirección gallega da autonomía al grupo municipal local para entablar conversaciones sobre posibles acuerdos en un contexto de aumento del poder del líder de Democracia Ourensana, Gonzálo Pérez Jácome, que dificulta posibles pactos entre las fuerzas.
Los socialistas gallegos salen del 28 de mayo con cierto optimismo en un contexto en el que, pese a la caída generalizada de apoyos al Partido Socialista en el conjunto del Estado, en Galicia consiguen retener poder municipal, al mantener los gobiernos de dos de las cuatro diputaciones y de ciudades como Vigo, A Coruña y Lugo.
