Enfermeras gallegas, también académicas

María José Menor, Miriam Vázquez, Floren Vale, Milagros Fernández y Reyes Pérez, en las instalaciones del Colegio de Enfermería.
photo_camera María José Menor, Miriam Vázquez, Floren Vale, Milagros Fernández y Reyes Pérez, en las instalaciones del Colegio de Enfermería.
Cinco de las docentes de la Escuela de Ourense forman parte de la Academia de Enfermería de Galicia, un hito que no solo da cuenta de la calidad investigadora de las profesionales, sino también del alto nivel del centro universitario de la ciudad

La Escuela de Enfermería de Ourense puede presumir de excelencia. No solo por su alumnado -la nota de corte para acceder al grado alcanzó el último curso un 11,06-, sino también por su equipo docente. Cinco de las profesoras forman parte de la Academia de Enfermería de Galicia, la cifra más alta entre los centros homólogos de la comunidad. Milagros Fernández -directora de la Escuela-, Reyes Pérez, María José Menor, Miriam Vázquez y Floren Vale cuentan con este reconocimiento a su trayectoria como investigadoras. “Es un gran valor añadido, un prestigio que no tienen otras Escuelas del sur de Galicia”, señala Milagros Fernández. “Este alto número de académicas no es casual, denota el alto nivel de nuestro profesorado y su firme implicación con el desarrollo y avance de la profesión”, comparte Miriam Vázquez. 

Reivindican la faceta investigadora de la Enfermería, un área poco conocida, aunque fundamental. “Se nos ve como proveedoras de cuidados. La imagen social es buena, de profesionales científicamente validadas, pero todavía hay facetas que la sociedad desconoce, como la parte de gestión, investigación y docencia”, explica Floren Vale. “Por eso es muy importante visibilizar nuestra profesión y dar a conocer cuáles son nuestros ámbitos competenciales”, defiende María José Menor. 

Cada vez son más las alumnas de la Escuela que eligen esta vía al terminar sus estudios, y las docentes ponen en valor la calidad de sus trabajos de final de grado. “Los estudiantes de cuarto han mostrado en todos estos años un altísimo nivel, y para eso creamos las Jornadas de Investigación Pregrado, únicas entre las tres universidades gallegas, para que presenten sus trabajos”, apunta la directora. “Muchos de sus proyectos acaban publicándose”, remata Reyes Pérez. 

Un camino no tan fácil

La curiosidad, la necesidad de ampliar conocimientos, la búsqueda de respuestas o el pensamiento crítico las animaron a emprender su camino en la investigación. Pero no fue fácil, ni entrar, ni hacerse un hueco, ni compatibilizar los proyectos con la vida laboral. “Yo me tuve que ir a Portugal a hacer un cuarto año para poder acceder a hacer un doctorado. Ahora es distinto, con el cambio de diplomatura a grado se incluyen estas competencias”, recuerda Pérez. “Tienes cargas laborales, familiares, docentes, de gestión y organización, y de investigación. Tienes que gestionar muy bien tu tiempo, y le quitas tiempo al ocio y a la familia”, explica Vale. En su caso y en el de Menor, ambas profesoras asociadas, compatibilizan su trabajo asistencial con su trabajo en la Escuela. “No es nada fácil”, señala Menor. Pero para las docentes a tiempo completo, el tiempo también escasea. “Reyes y yo estuvimos el fin de semana pasando datos de un estudio, porque entre semana es imposible”, apunta Milagros Fernández.

Lograr apoyos como enfermeras investigadoras tampoco es tarea simple. “Es todo un reto, no lo tenemos fácil, te encuentras barreras muy claras y evidentes. Ahora mismo nos encontramos con que las ayudas INOU de la Diputación al Campus de Ourense nos excluyen, solo queda fuera la Escuela de Enfermería, es un agravio que dura años y estamos a la espera de hablar con el presidente provincial para trasladarle esta injusticia”, explica Pérez, que ha visto cómo dos de los proyectos que tenía previstos se han caído por no poder acceder a esta partida de subvenciones.

Un momento clave

Las cinco académicas recalcan la calidad docente e investigadora de la Escuela en un momento clave para su futuro. Les preocupa cómo será la futura integración del grado de Enfermería en la UVigo -la Escuela depende actualmente del Sergas-, y esperan que las autoridades estén a la altura. “Lo ideal sería que lleguemos a tener nuestra propia facultad en la ciudad”, explica Miriam Vázquez. “Cuando saltó la polémica de lo dañina que sería la integración de nuestra Escuela primando a Pontevedra con la facultad, echamos en falta el apoyo del Colegio de Enfermería, del propio Campus y de nuestra propia empresa, la Consellería de Sanidad, que estuvo en silencio. Pero la respuesta social ourensana fue maravillosa”, señala Pérez.

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