Una deuda de siete décadas

La cola del embalse de As Conchas, el primer gran aprovechamiento inaugurado en la provincia de Ourense (1948).
photo_camera La cola del embalse de As Conchas, el primer gran aprovechamiento inaugurado en la provincia de Ourense (1948).

Ourense inauguró su primer gran embalse en 1948. Desde entonces, los beneficios para la provincia han sido escasos

La España de posguerra sufría un gran déficit energético y para compensarlo se inundaron algunos de los mejores valles del interior. La inauguración del embalse de As Conchas en 1948 inició el camino por el que Ourense se acabó convirtiendo en una especie de gran central hidroeléctrica, sin apenas compensaciones hasta hoy. 


¿Cuántos embalses y  centrales hidroeléctricas tiene Ourense?

Los ríos ourensanos soportan hoy 51 aprovechamientos. Son trece grandes embalses -de más de 50 megavatios (mv)-, quince centrales y una veintena de minicentrales. 


¿Cuánta potencia desarrollan?

Hay 2.200 megavatios instalados en los ríos ourensanos. Supera el 10% del total estatal. 


¿Quién lo controla?

De esos 2.200 mv, el 95% está en manos de Iberdrola, Naturgy y Endesa. Las tres grandes eléctricas manejan los 13 grandes embalses.


¿Cuándo se contruyeron?

El grueso de los embalses y centrales hidroeléctricas se instaló entre 1948 y 1975. Entre 1985 y 2005, el bum de las minicentrales acabó derivando en casi 200 proyectos de este tipo, materializados finalmente en una veintena de aprovechamientos de menos de 10 megavatios, casi todos en manos de fondos y pequeñas empresas. 

¿Qué retorno queda?

Muy escaso. Teniendo en cuenta que las grandes infraestructuras están amortizadas desde hace décadas, expertos como García de Pablos cifran en unos 800-1.000 millones anuales el beneficio que extraen las eléctricas de los ríos gallegos. Con sus sedes fiscales en Euskadi y Cataluña, en Ourense solo quedan los impuestos municipales (IBI e IAE para el concello) y el canon autonómico establecido en 2009 (unos 12 millones anuales). Desde 2015 se cobra en los ríos ourensanos un canon estatal que no repercute de forma directa. Las hidroeléctricas ni siquiera generan apenas empleo estable: Iberdrola  ya anunció el traslado de su centro de control de A Rúa.

¿Cuál es el impacto ecológico de los grandes embalses?

Muy alto. Los pueblos afectados se ahogaron llevándose por delante valiosos cultivos. Al no respetar el caudal mínimo casi el 100% de las especies que remontaban el Miño y el Sil se han perdido. Además, proyectos hidroeléctricos en zonas de gran valor ambiental como la Ribeira Sacra o el Macizo Central  han supuesto un impacto incluso agravado ahora con las nuevas centrales reversibles. 


4¿Cuándo acaban las concesiones?

En dos décadas, un tercio. Para los grandes embalses habrá que esperar todavía un poco más, debido a las polémicas prórrogas de las que se beneficiaron las  eléctricas. 

4Si la ley fija un máximo de 75 años para las concesiones públicas, ¿cómo se llegó a esta situación?

Los 75 años están fijados por la Ley de Aguas de 1985, que planteaba que después estos bienes debían ser revertidos o demolidos. Pero dejaba abierta la puerta a prórrogas y por ahí se irían colando las ampliaciones de las concesiones gracias a modificaciones en los proyectos. La ley de patrimonio público de 2003 remarcó esos 75 años máximos en un plazo que luego el Supremo vio "improrrogable". Pero en la práctica, gracias a opacas maniobras, las grandes eléctricas fueron blindando sus concesiones que en muchos casos superan el siglo -la media son los 91 años-. El escenario es similar al de Ence.

¿Hay alguna central ourensana ya revertida al Estado?

Sí, la minicentral de Castadón. 


¿Y qué pasa ahora?

Los atrancos y la burocracia se resumen en que la CHMS  tardó más de 3 años en revertirla. Su concesionaria, Endesa, siguió explotándola en precario -será multada- y pretendía seguir hasta 2061. 


¿Qué piden los concellos afectados por los grandes embalses?

Medio centenar de concellos ourensanos están afectados por centrales. A través de Femembalses se plantea la necesidad de revertir esta "deuda histórica" por llevar tantas décadas soportando sus externalidades negativas sin apenas compensación. Cuando llegue el momento de su reversión, exigen nuevas condiciones más beneficiosas para los territorios. 


¿Qué posición tiene el Gobierno?

De momento ha eludido una posición nítida. El caso de Castadón transparenta que el planteamiento pasaría por volver a sacar a concurso los aprovechamientos una vez caduquen las actuales concesiones. Pero la falta de una hoja de ruta, prometida en abril por el Ejecutivo a Femembalses, emborrona todavía más el horizonte. En paralelo, el Ejecutivo ha recuperado ahora su plan para frenar los beneficios extra de las instalaciones  nucleares e hidroeléctricas amortizadas -en Ourense, todas-. La cantidad se cifra en 1.000 millones.

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