Completar el trabajo de modernización de la línea de tren del Miño llevará más una década

Una usuaria se sube a un tren en la estación de Urzaiz.
photo_camera Una usuaria se sube a un tren en la estación de Urzaiz.
Además de las obras de infraestructura hace falta dotar de trenes una línea que tiene menos servicios que hace cien años

Si se cumpliesen los proyectos comprometidos para el corredor del Miño sería posible viajar entre Ourense y Vigo en poco más de una hora en los trenes más rápidos y menos de hora y media en los servicios regionales que actualmente emplean casi dos. La perspectiva más optimista no sitúa esa hipótesis hasta la próxima década.

Para que se cumpliese, es necesario ejecutar la salida Sur de la ciudad olívica, que acortaría en casi veinte minutos el tiempo de un viaje en el que en la actualidad el tren más rápido invierte 89 minutos, con dos paradas intermedias. Esta es una obra que todavía se encuentra en fase de redacción. Por otro, los proyectos, unos en fase de supervisión otros pendientes de licitación, para mejorar la línea entre Ourense y Guillarei. 

Se trata de actuaciones encaminadas a adecuar los 94 kilómetros existentes entre dichas estaciones, que incluye la rehabilitación de trincheras, renovación de la infraestructura, vía, ampliación de vías de apartado para permitir el cruce de trenes de mercancías de 750 metros de longitud, elementos de señalización y comunicaciones, modernización de la electrificación (la actual fue inaugurada en 1981). Todos ellos ya existen sobre el papel y que, de cumplirse el pacto de investidura entre BNG y PSOE se verían acelerados y complementados con un estudio para la duplicación de la vía.

Pero para que sea posible la movilidad, además de infraestructuras, hacen falta trenes y un número de frecuencias, al menos diez por sentido, que facilite la utilización de esos trenes como medio de desplazamiento para trabajadores, estudiantes y otro tipo de usuarios, tanto entre las dos ciudades que se encuentran a ambos extremos de la línea, Ourense y Vigo, como entre esas ciudades y las villas que conforman sus respectivas áreas de influencia.  Comarcas como el Ribeiro y el Condado dependen del ferrocarril para su desarrollo económico y demográfico. El ejemplo de corredores como el eje atlántico y los  Avant entre Ourense y Santiago demuestran que cuando hay servicios hay viajeros y que el número de estos aumenta de manera exponencial si las frecuencias están a la altura de la demanda, y no solo porque en la actualidad sean gratuitos gracias a los bonos. 

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