“Tras el Alvia, mi madre no volvió a ser la misma”

Exterior del edificio de la Cidade da Cultura donde se celebra el juicio.
photo_camera Exterior del edificio de la Cidade da Cultura donde se celebra el juicio.
Las víctimas siguen declarando en el juicio por el accidente de 2013

Durante la fase civil de la vista, que tiene como objeto dirimir las indemnizaciones de los heridos y de los familiares de los fallecidos en el accidente del Alvia que el 24 de julio de 2013 se saldó con 80 muertes y 145 heridos, tomaron ayer la palabra varios testigos. Entre ellos dos familiares de una víctima del descarrilamiento que sufrió graves secuelas físicas como la amputación de una mano e importantes lesiones en la otra, además de cicatrices en el rostro.

El marido de la víctima explicó que su esposa falleció años después del accidente. No pudo contener las lágrimas durante la declaración y recordó que estuvo esperando por su mujer en la estación de Santiago hasta que finalmente la encontró en la UCI del Hospital Clínico a las cinco de la mañana. Tanto el marido como la hija de la víctima declaraon que se trataba de una mujer “muy activa” que hacía diversas labores y manualidades que nunca pudo volver a retomar, a pesar de que eran “su pasión”.

“No podía desplazarse, vestirse ni lavarse”, afirmó su hija, que añadió además que su madre sufrió una “grave depresión” puesto que no quería salir de casa. “Intentábamos animarla diciéndole que en el accidente había fallecido gente y que ella al menos estaba viva”, dijo la mujer, y concluyó: “Mi madre nunca volvió a ser la misma”.

“No me acuerdo absolutamente de nada, ni siquiera de los doce días que estuve en la UCI”, dijo otra mujer ante la jueza. “Me llevó mucho tiempo volver a la realidad”. Según varios informes forenses, la mujer sufre un síndrome postconmocional y un trastorno orgánico de la personalidad. “Manejo muy mal el estrés y en determinadas ocasiones acabo perdiendo los papeles. Sufro de mucha agresividad”, resumió en su declaración. n

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