La red de Moreno pudo estafar 12 millones gracias a la banca

La Policía cree que uno de los líderes de la banda contó con ayuda de empleados de varias entidades

Agencias

Publicado: 07 ago 2021 - 03:27

José Luis Moreno, a su salida de la Audiencia Nacional.
José Luis Moreno, a su salida de la Audiencia Nacional.

La Policía cree que uno de los presuntos líderes de la organización en la que sitúa al productor José Luis Moreno estafó 12,5 millones de euros en diferentes bancos para conseguir “financiación fraudulenta” gracias a la “connivencia” de varios empleados de entidades, que recibieron “obsequios a cambio”. Una de las conclusiones a las que llegan los agentes en su oficio del pasado 21 de junio es que la presunta organización que investiga la Audiencia Nacional contó con la colaboración de “directores de entidades bancarias, que cuanto menos” obviaron “la diligencia debida a la hora de aprobar las operaciones de financiación que les presentan”.

Una falta de celo que se suma a algún hecho delictivo, dicen los agentes, que encontraron casos de empleados que participaron directamente en los hechos “percibiendo beneficio personal por sus servicios”. Gracias a ello, Antonio José Salazar, a quien la Policía sitúa, como a José Luis Moreno, en el liderazgo de esta supuesta red, estafó “aproximadamente un total de 12.563.792 euros en distintas entidades bancarias entre 2017 y 2020” y se sirvió de “multitud de productos bancarios” -incluidos créditos ICO- para conseguir “esa financiación fraudulenta en las distintas sociedades que gestiona”.

Incluso llegaban a simular que las empresas tenían actividad mercantil (desplazando empleados y material falsos) para engañar a los empleados de la banca que no colaboraban con ellos y conseguir financiación. Según la tesis de los agentes, Salazar era el encargado, junto a Antonio Aguilera, de “conseguir la sociedades, maquillarlas, poner un administrador y presentarlas antes los bancos como las beneficiarias de la financiación” cuando en realidad carecían casi siempre de actividad real, y su finalidad no es otra que “la de lucrase de manera ilegítima”.

Ambos tenían los conocimientos “en operativa bancaria y mercantil” y Moreno la fama y el nombre que serían la “tarjeta de visita” para conseguir la financiación. Una operativa que conllevó la utilización de empresas pantalla, testaferros y facturación falsa, según los agentes, que también creen que Moreno introdujo dinero desde el extranjero mediante empresas interpuestas, unos movimientos que justificó con facturas presuntamente fraudulentas.

Por otra parte, los métodos supuestamente ilícitos con los que el productor José Luis Moreno intentaba conseguir financiación para continuar con su “tren de vida” no siempre se podían llegar a cabo, como así manifestaron en una ocasión dos de sus empleadas al advertir que “todo lo que hacían era irreal, todo inventado”.

Una de ellas, incluso, avisó de que no podrían “aguantar” una auditoría, porque sólo los viajes privados de Moreno ascendían a dos millones de euros, y había facturas de 20 y 30.000 euros de “catering de gente que no existía” y que mostraban que había 100 personas empleadas cuando en realidad sólo eran dos.

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