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El bloqueo enquista el histórico pesimismo por la clase política

Pedro Sánchez. el pasado miércoles, en la rueda de prensa en La Moncloa.
photo_camera Pedro Sánchez. el pasado miércoles, en la rueda de prensa en La Moncloa.
La convocatoria de cuatro elecciones generales desde 2015 ha agravado el divorcio con la sociedad

n n n El malestar de los españoles hacia sus gobernantes es una constante desde que en 1996 el CIS empezó a preguntar por la situación política y, a pesar de que siempre tiende a manifestarse un ligero optimismo con la llegada de un nuevo Gobierno, nunca ha habido una mayoría que perciba como buena o muy buena la situación política. Un pesimismo persistente que se ha agravado en los últimos años tras la crisis económica y el bloqueo institucional, que ha arrastrado a España a la convocatoria de cuatro elecciones generales desde 2015.
Hace más de dos décadas, cuando arrancó el mandato de José María Aznar, casi la mitad de los españoles veían regular la situación política aunque, a medida que avanzaba la VI legislatura, la población se volvió más optimista llegando a superar hasta finales del 2002 la sensación de que el momento político era más bueno que malo. Situación que empeoró en el segundo mandato de Aznar, con la oposición a la Guerra de Iraq que movilizó a millones de ciudadanos en contra del Ejecutivo.
Con la llegada de José Luis Rodríguez Zapatero a La Moncloa con la elecciones del 14 de marzo de 2004, se produjo otro repunte de optimismo en la sociedad, con un 38,9 % de los españoles que veía con mejores ojos la actualidad política frente a los que se mostraban más negativos. 

la mayor crisis, con Zapatero
Las tornas cambiaron en diciembre de 2011 al finalizar la segunda legislatura del socialista y con España inmersa en la mayor crisis de la democracia, cuando la situación económica era percibida por el 87,2 % de los españoles como mala o muy mala y con un escueto 0,9 % que sostenía que era buena o muy buena. El ánimo fue decayendo dando paso a un malestar que se enquistó por la recesión y, desde entonces, ha predominado la sensación de que la política va mal o muy mal en España.
Con Mariano Rajoy a la cabeza del Ejecutivo, el malestar que sentían los españoles hacia sus representantes se enconó y en todas las encuestas del CIS, la opción de que la situación política era mala o muy mala iba ganando terreno mes a mes. Tras la moción de censura en junio de 2018 que aupó al socialista Pedro Sánchez a la presidencia, hubo un breve periodo en el que el pesimismo perdió fuerza hasta que llegó el mes de octubre y volvió a repuntar de forma que el 73,4 % de los españoles manifestó de nuevo lo mal que percibían la situación.
Ese porcentaje, aproximadamente, se mantuvo hasta los comicios del 28 de abril de este año. No obstante, el fracaso de las negociaciones que condujo al país a la repetición electoral el pasado mes de noviembre disparó el malestar hasta alcanzar uno de sus máximos históricos cuando un 77,6 por ciento de españoles calificó como mala o muy mala la situación política frente a un 1,9 % que la percibió como buena o muy buena.
Este malestar hacia la clase política superó en todas las comunidades autónomas el 68 por ciento, siendo la Región de Murcia (84,7%), Aragón (82,1 %) y Castilla y León (80,4 %) los tres territorios más pesimistas. Murcia fue, precisamente, la única circunscripción en la que Vox ganó las elecciones generales de noviembre con un 27,99 % de los apoyos.

las más optimistas
Las comunidades autónomas que presentaron un mayor optimismo fueron la Comunidad Valenciana, Madrid y Castilla-La Mancha, aunque con porcentajes mínimos de apenas el 2 por ciento. Las expectativas de mejora no son muy halagüeñas ya que, a un año vista, casi el 35 % de los españoles opina que la situación, tanto política como económica, se mantendrá igual, aunque creen que la economía irá incluso peor. n

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