Tras haber realizado una labor fundamental durante la pandemia, gestionando entre otros los expedientes de regulación de empleo o solicitudes de colectivas de prestaciones de desempleo, los graduados sociales se reivindican como un pilar fundamental del Estado de bienestar. El presidente del Colegio profesional de Pontevedra lamenta que el papel que realizan no está reconocido socialmente y cree que la profesión, que ha conseguido ser un operador jurídico más como los abogados o procuradores, necesita mayor visibilidad.
¿Cómo han gestionado los graduados sociales toda la carga de trabajo generada con la pandemia?
Lo hemos gestionado sufriendo mucho. Los graduados sociales han tenido una labora fundamental en la pandemia, tan importante como la de otros profesionales. Hemos gestionado todos los expedientes de regulación de empleo, todas las solicitudes colectivas de prestaciones de desempleo... Si nosotros no estuviésemos en nuestro despacho trabajando, esto no se podría haber llevado a cabo. Hemos sido fundamentales y no se nos ha reconocido absolutamente nada. Ha supuesto días sin descanso, depresiones, pastillas... A muchas empresas en aquella situación con trabajadores en ERTE y sin ingresos no se les puede cobrar porque no tienen dinero y a los trabajadores que van a cobrar una prestación por desempleo, tampoco. Todo el trabajo cayó sobre nosotros sin ser recompensado económicamente y eso lo puedes pasar por alto por la situación, lo que no puedes pasar es que hoy en día no se nos reconozca nuestro trabajo. Somo es pilar del Estado de bienestar, llevamos el 90% de las nóminas de este país. Hoy en día la sociedad está en deuda con nosotros.
Desde el covid ha habido varios cambios en el tema laboral, desde el teletrabajo, la reforma de la ley, el control horario… ¿Cuál ha generado mayor controversia entre empresas y trabajadores?
Un empresario con dos trabajadores no puede asumir el nivel legislativo de este país, la microempresa necesita a alguien que pueda hacerlo, a todos los niveles, esos empresarios tienen que contratar a una profesional y esa carga cae sobre nosotros. Desde la pandemia ha sido una auténtica locura, van sacando leyes, y rectificándolas con otras y legislando continuamente.
Una de las reivindicaciones del Colegio es turno de oficio laboral ¿en qué punto está esa reclamación?Somos una profesión poco conocida, necesitamos más visibilidad. A lo largo de nuestra historia, hemos conseguido que se nos reconozca como un operador jurídico más como abogados y procuradores. Nos falta solo la casación, el paso final de un procedimiento laboral. Y luego que por parte del Ministerio de Justicia que se cumpla la normativa que incluye un turno de justicia social en el cual los graduados sociales representarán al ciudadano. Desde el Colegio hemos creado un servicio de orientación jurídica gratuita para el ciudadano. Tras cuatro años logramos que Emprego nos de 5.000 euros de subvención anuales, pero no es suficiente y hemos pedido ayuda al Concello y Diputación sin respuesta. Es un servicio necesario para trabajadores sin recursos, La masificación es tal que ya hay una lista de espera de un mes.
¿Cuáles son los retos futuros de la profesión?
Cerrar el círculo de la casación y ser un operador jurídico completo; poner el turno de oficio social regulado por la Administración, que los graduados sociales formen parte del claustro de las titulaciones de Relaciones Labores y Recursos Humanos y que nos tengan en cuenta en la mediación del Consejo Galego de Relaciones Laborales.n