Odette Magnet: "Chile tiene conflictos para asumir el dolor de lo que pasó con Pinochet"

Odette Magnett, en el set de AtlánticoTV.
photo_camera Odette Magnett, en el set de AtlánticoTV.

Con motivo del 50 aniversario del golpe de Estado de Chile, la periodista Odette Magnet, opositora al régimen de Pinochet, habló en la asociación Évame Oroza de los detalles de su lucha. Aprovechando su estancia visitó el set de AtlánticoTV para hablar sobre la situación de su país.

 

 

¿Cómo están las cosas en Chile después de medio siglo del golpe de Estado?

Es una fecha histórica para los chilenos. Deja en evidencia a un país dividido, muy  polarizado. Algunos la conmemoran y otros la celebran. Es una situación difícil, tarea principal del Gobierno es armarse de una constitución, porque aún tenemos las de Pinochet de 1980. Este es el segundo intento, un grupo de expertos está redactando el texto, pero la oposición es una derecha muy emponderada y agresiva.

Sin constitución, tampoco hay ley de memoria.

Lo más grave es que no hay voluntad de memoria. Chile tiene conflictos con la memoria y con el dolor de asumir lo que nos pasó con Pincochet. Miles de personas que quieren justicia, verdad y reparación, saber dónde están sus seres queridos. No se puede construir la paz y la convivencia si no hay un país justo. Algunos lo pasan muy bien, mientras otros pasen hambre. El Gobierno debe hacer una reforma tributaria o crear un fondo de pensiones. Hace 30 años que Chile está pegado al modelo liberal, todo está privatizado, desde el auga hasta las pensiones. Hay que eliminar esa brecha entre ricos y pobres.

En el pasado la intromisión de EEUU desestabilizó la democracia, ¿se mantiene esa ingerencia?

No creo que ese el tema, el problema es que no logramos un relato común como pueblo. EEUU hizo lo suyo cuando armó el golpe y ya. Aprendimos la lección y ellos también. Ahora tenemos que ponernos de acuerdo en lo que pasó, cada uno tiene versiones distintas. Un 36% de los chilenos justifica el golpe, solo el 42% piensa que destruyó la democracia.

En España miles de familias de represaliados del franquismo acudieron a la causa argentina en busca de la justicia que no encuentran en España. ¿Sucede lo mismo en Chile?

Argentina tiene el célebre número de 30.000 desaparecidos, entre ellos 155 chilenos a través del plan cóndor, en donde participaban con Chiel y Uruguay. Pero hay que reconocer que Argentina también lleva la delantera en asumir el tema desaparecidos como un tema de país. Para la derecha chilena no es más que un drama familiar. 

Entre los chilenos desaparecidos están su hermana y su cuñado. ¿Volvió a saber de ellos?

Nunca encontraron sus cuerpos. Era mi hermana Cecilia, socióloga de 27 años y Guillermo, médico de 32. Fueron secuestrados de su apartamento en Buenos Aires del 16 de julio de 1976. Fui a testificar en el jucio plan condor que se cerró en 2015. yo estaba en Bolivia, se transmisió en directo y vi los rostros de los acusados. Fue de los pocos casos que acabaron en condena. Con 87 y 89 años se condenaron a 18 y a 12 años de arresto domiciliario, uno de ellos le acusabaron de 107 secuestros. 

¿Los hechos sucedidos a su hermana la animaron a dedicarse al periodismo?

Mi hermana despareció en el 76 y yo estaba estudiando en la universidad católica muy militarizada. Entré a trabajar en una de las revistas democráticas, llegué por una práctica de 3 meses y  me quedé 10 años, Me dieron la sección de derechos humanos, no faltó ninguna información sobre violaciones, asesinatos o desapariciones. Fueron años difíciles que nos marcaron a todos.

¿Temió por su vida?

Era muy peligroso, no hay ninguna razón para que yo esté viva ahora. Podía estar muerta como le pasó a uno de mis colegas, a quien después del atentado de Pinochet fueron a buscarlo y lo acribillaron. Pinochet sobrevivió, pero fallecieron cinco guardaespaldas y por ello decidió ajusticiar a otros tantos opositores. Tenía claro que si tenía que morir era algo que iba a suceder.

¿Cómo ve esa época desde la perspectiva temporal?

Esta es como una segunda vida, la otra fue oscura y  feroz, pero era más facil, Lo de ahora es estar en tierra de nadie,  igual teníamos expectativas demasiado altas. La democracia aún se está construyendo y hay un sabor amargo de insatisfacción, pensamos que se podía hacer mejor. Queda mucho por hacer, sobre todo en derechos humanos.

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