Juan Carlos Abalde: "Los colegios concertados atienden a los niños hasta las 8 de la tarde, es una competencia muy dura"

A pocas semanas de la vuelta al ‘cole’, el presidente de la Asociación de Directores de Colegios Públicos de Vigo (Adicopuvi), Juan Carlos Abalde, visitó Atlántico TV para valorar el estado actual de la educación en la ciudad y el comienzo del nuevo curso.

La pasada semana se conocía que dos colegios públicos (Carrasqueira y Balaídos) perderán aulas de Educación Infantil pese a los nuevos ratios aprobados por la Consellería. ¿Preocupa esta tendencia?

Sí, preocupa. Llevamos una constante bajada de natalidad. En 2023 hubo 1.000 nacimientos menos que hace 10 años en Vigo, y eso se deja ver en las matrículas año a año en cada centro.

¿Han bajado mucho en los últimos años las matrículas?

Sí, al fin y al cabo tenemos que repartirnos los niños que hay. Este año sí que nos ha ayudado un poco la bajada de ratios de 25 a 20 y ahí estamos luchando los centros para lograr mantener las unidades que tenemos a base de matrículas, lo cual no es fácil.

¿Qué medidas toman desde los colegios para tratar de evitar el cierre de unidades?

Trabajar, trabajar y trabajar cada día. Tratamos de tener nuestro proyecto educativo actualizado y de mantener informada a la sociedad de lo que hacemos día a día. Pero la situación de los colegios públicos es difícil, tenemos una competencia muy fuerte en la concertada. Son instituciones que atienden al alumnado desde las 8 de la mañana hasta las 8 de la noche ofreciendo una multitud de servicios que muchas veces van en detrimento de los centros públicos. Y nosotros tenemos que luchar día a día para el mantenimiento y mejora de nuestras instalaciones.

¿Cree que este acuerdo sobre las ratios reportará más beneficios a largo plazo o hay que seguir bajándolas?

Evidentemente, era una demanda que se venía pidiendo desde hace muchos años. Hoy nadie concibe un aula de 25 niños de 3 años gestionada por un solo docente, teniendo en cuenta la variedad del alumnado con las casuísticas diferentes que hay. Es imposible poder dar una educación personalizada y una respuesta adecuada a cada alumno con aulas de 25 niños. En algunos casos 20 es una cifra buena, pero en otros tendrá que ser menos. De hecho, el acuerdo contempla que los alumnos con discapacidad del 33% ocupan dos plazas y los que tienen el 66% ocupan tres. Lógicamente, esto va en beneficio del alumno.

¿Difiere mucho la dinámica en los colegios con respecto a hace 10 o 15 años en cuanto a la diversidad de los alumnos?

Por supuesto. Hoy en día hay más de 7.500 alumnos con discapacidades reconocidas, cuando hasta hace poco eran 2.500. De un total de 130.000 alumnos, son el 5% del alumnado. Aparte de eso, hay muchos otros casos de problemas de atención, de aprendizaje, dislexias, trastornos del espectro autista... Muchos más casos que vamos detectando hoy en día y que algunos están reconocidos como discapacidad y otros no. Y si tenemos en cuenta que hay que aplicar diversos protocolos para todos estos alumnos, eso crea que el gran reto de la Educación últimamente es la atención a la diversidad del alumnado. Hoy nadie entiende una clase homogénea donde el mismo contenido sea igual para todos, hay que adaptar el aprendizaje a cada alumno.

¿Se están cubriendo las necesidades docentes ante este nuevo paradigma de la Educación?

En estos momentos, lo que estamos notando es que hay una necesidad imperante de reforzar los servicios de apoyo, tanto con profesorado especialista en pedagogía terapéutica como en problemas de audición y lenguaje. También los gabinetes de orientación, hay orientadores que tienen que atender a ratios de 500 alumnos y que tienen que cubrir varios centros.

Este curso comenzará con los nuevos conserjes privados en los colegios que no cuentan con uno, que superan la veintena. ¿Han tenido ya oportunidad de ponerse en contacto con la empresa que los proporcionará? ¿Qué le parece esta medida?

En principio, no. Yo no porque tengo la suerte de tener un conserje que es empleado municipal. Este es un nuevo modelo que pusieron en funcionamiento y todavía no somos capaces de evaluar cómo va a funcionar. Pero lo que sí que podemos decir es que las concesionarias del Ayuntamiento en los servicios de limpieza, por ejemplo, no están funcionando adecuadamente y no estamos para nada contentos los directores de los colegios públicos de Vigo con la atención y el cuidado que debería tener el Ayuntamiento con los colegios públicos.

Una de las preocupaciones históricas del colectivo de directores de colegios públicos de Vigo es el mantenimiento de los edificios, ya que algunos tienen ya más de medio siglo. ¿Cómo ha avanzado esta situación en los últimos años? ¿Hay compromisos por parte del Concello?

Los centros nos vemos en una especie de frontón, en medio de un peloteo entre consellería y ayuntamiento sobre qué es competencia de unos y de otros; hasta dónde es obra nueva --se debería ocupar la Xunta-- y hasta dónde mantenimiento --es tarea del Concello--. La consellería va haciendo pequeñas inversiones por medio de la jefatura territorial pero para conseguir una actualización de unos servicios que ya tienen 40 años el proceso es muy lento y se tardan años en conseguir que se acometan estas reformas. Y por otro lado, en el Ayuntamiento se excusa en que la antigüedad de los edificios hace que les salga caro el mantenimiento. Entonces, estamos parcheando. Tenemos centros públicos que van subsistiendo poco a poco, pero en su mayoría necesitan una reforma integral.

¿Cómo afrontan el nuevo curso, el tercero con la Lomloe? ¿Ha cambiado mucho la situación con esta ley?

El proceso del aprendizaje es dinámico, no tiene nada que ver cómo se funciona ahora con cómo lo hacíamos hace 5 o 6 años. La nueva ley tiene cosas positivas, como todas, y negativas. Lo que pasa es que no deja de ser un papel y llevarlo a la práctica conllevará su tiempo. Se empezarán a ver frutos a partir de este curso y de los siguientes. Sí que ha habido cambios en las metodologías que vienen dados por los avances en la sociedad.