Vigo finalizó 2022 con un total de 18.468 personas afiliadas al Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) que según la estadística de la Seguridad Social son prácticamente los mismos que había un año antes (18.470 registrados en diciembre de 2021). Un dato revelador el caso vigués en un contexto de pérdida generalizada de autónomos: sólo en enero Galicia perdió 40 al día. “Vigo se mantiene y resiste mejor”, sostiene el presidente de la asociación ATA Galicia, Rafael Granados, que apela a la prudencia acerca de los datos por municipios que arroje enero de este año.
Por lo pronto el inicio de 2023 “está siendo muy duro, el peor enero desde 2012”, argumenta la patronal con una gran preocupación sobre la pérdida de gente joven, de actividades en el medio rural y un colectivo el de los trabajadores por cuenta propia que está cada vez más envejecido. "La provincia de Pontevedra es la que mejor se mantiene en los últimos años”, apunta la asociación que lo achaca al menor peso que tiene el sector agro frente a las otras tres. Sólo hay que ver la comparativa con A Coruña, por ejemplo, que duplica la pérdida de autónomos. En enero Pontevedra dio de baja a 691 y A Coruña a 1.087 con respecto a un año antes. Lugo perdió 740 y Ourense 497 y estas dos provincias fueron, además, las que registraron una mayor pérdida de manera porcentual en toda España el pasado ejercicio junto a Palencia, Teruel y León por la crisis demográfica y la pérdida de trabajo de agricultura.
Por sectores, el comercio es el sufre el mayor impacto. En la provincia de Pontevedra del total de autónomos perdidos (691), 565 correspondieron a esta actividad, seguida de hostelería (168), agricultura (136) e industria (92). Transportes y construcción también registraron bajas, 66 y 21 respectivamente junto con actividades financieras y seguros (53 menos). Los que ganaron autónomos fueron los siguientes: educación con 110 más, actividades sanitarias con 75, actividades artísticas y entretenemiento con 62, actividades profesionales científicas y técnicas (85), actividades inmobiliarias (13) e información y comunicación (25), entre otras.
El retraso en la edad de jubilación, la falta de relevo generacional y las dificultades en el mercado laboral son tres factores que hay que tener en cuenta a la hora de interpretar la estadística oficial de altas y bajas de afiliados al RETA ya que hay personas de más de 65 años que siguen trabajando par cotizar más años así como el trasvase de este régimen al general. “Vemos que gente de más de 45 años viene rebotada del régimen general porque no encuentra trabajo y decide autoemplearse y también hay menores de 40 que buscan una mayor seguridad laboral que no encuentran como autónomos”.
“En junio me deberían subir la cuota, veremos entonces si es sostenible”
Raúl es músico y productor y está dado de alta como autónomo por las dos actividades. “Ahora pago una cuota fija, de momento es sostenible, pero veremos cuando suba cómo lo afronto", explica. “En otros países se favorece que uno se pueda sostener en el tiempo pagando en función de los beneficios anuales o eximiendo el IVA si no se llega a un rendimiento mínimo”. “Conozco gente que se va a Portugal y alquila en la frontera porque allí son menos restrictivos”.
“Tuve que cerrar mi centro por la pandemia y dedicarme a clases online”
La pandemia obligó a Yaiza a bajar la persiana de su centro de yoga en Vigo y tuvo que reinventarse dando clases online. “A los seis meses se me acumularon las deudas, junto con los impuestos, otros gastos y con la cuota de autónomo de algo más de 300 euros es insostenible”. Dejó la ciudad por Ponteareas, donde proyecta cambios a nivel laboral que le permitan “conciliar con mi vida familiar, algo que se complica mucho en el día a día”.
“Me estoy planteando ser autónoma, pero veo las cuotas un tanto abusivas”
Carla Lourdes es cantautora y enfermera y lleva un tiempo rondado la idea en su cabeza de hacerse autónoma para ejercer la actividad artística. “Me lo estoy planteando sí, pero no es una decisión fácil porque veo que las cuotas que hay que pagar son un tanto abusivas sobre todo si se comparan con otros países, por ejemplo con Portugal. Ojalá hubiera más facilidades para lanzarse y emprender porque tengo ganas”, relata la joven.
