LUIS HUETE, Profesor de IESE Business School

"Los tiempos que corren empujan a un liderazgo de equipo en la empresa"

Huete, en un encuentro empresarial en Vigo hace unos días.
photo_camera Huete, en un encuentro empresarial en Vigo hace unos días.

El profesor Luis Huete del IESE Business School, la Escuela de Dirección de Empresas de la Universidad de Navarra, receta a la empresa que tenga visión a corto y largo plazo y crear equipo. Así lo trasladó a directivos y empresarios en su reciente visita a Vigo, donde desplegó su faceta como 'coach'. Le avalan casi cuatro décadas de profesión asesorando a equipos de alta dirección en más de 800 empresas de 70 países.

¿En qué consisten las vitaminas y vacunas para las empresas de las que habla en sus charlas? 

Las empresas son seres vivos, nacen, crecen, maduran, envejecen y mueren. Yo hablo de cuatro vitaminas para que tengan fuerza, sean efectivas y eficientes. La vitamina roja está relacionada con que una compañía tenga determinación y un punto de ambición, que tenga marcha. La vitamina azul es el rigor en la administración y la gestión. Estas dos permiten funcionar bien a corto plazo. La vitamina verde es la habilidad empresarial para integrar diversidad con gente de distintos perfiles profesionales y edades porque si funciona bien será la bomba ya que supondrá trabajo en equipo y sentimiento de pertenencia. Por último está la vitamina amarilla vinculada con la capacidad de la empresa para cuestionarse lo que hace e innovar. Muchas empresas están muy marcadas sólo a corto plazo, pero no a largo.

 

¿Es importante en tiempos de crisis como el actual?

Por supuesto. El mundo se va a mover mucho y son necesarias empresas con vitalidad, que se anticipen y hagan equipo. 

 

¿Es más complicado para la pyme integrarlo?

Creo que no. Muchas multinacionales tienen accionistas que son inversores institucionales a corto plazo y las pymes en general tienen más sensibilidad para la visión a largo plazo.

 

¿Cuáles son las claves para el liderazgo empresarial?

Gente ávida y auténtica; un líder que tenga muy clara la dirección y que mantenga conversaciones frecuentes con su equipo; que haya coordinación interna en la empresa;  identificar las áreas y directivos que no trabajan bien dentro de la empresa, hacer de puente y subsanar la situación; y establecer una creencia de que juntos se pueden hacer grandes cosas. 

 

Doy por hecho que tiene que haber un líder en una empresa.

Me gusta que me hagas esa pregunta porque los tiempos que corren empujan a liderazgos de equipo. Se está volviendo todo tan complejo y está habiendo tantos cambios con los mercados, la digitalización, la tecnología o el nuevo marketing que por muy lista que sea una persona es inviable ser un líder único.

 

¿La pandemia ha dejado cosas buenas para la empresa? 

Sí, un modelo mixto de trabajo que si se sabe desarrollar bien puede ser bueno y  la pandemia trajo una mayor cohesión en algunos casos. En cuanto a la parte mala, muchas empresas se rompieron por dentro, algunas porque ya llevaban tiempo rodando mal. Y luego está el tema de que tenemos unas dependencias logísticas y de aprovisionamiento de países terceros que son grandísimas y ahí hay que hacer algo porque nos pondrán de rodillas China y muchos más. 

 
La crisis global de suministro, el colapso del transporte marítimo, la falta de materias primas, el apagón energético. Un poco apocalíptico. ¿Cómo lo percibe?

A los humanos nos gusta un poco lo apocalíptico, de algo hay que hablar. El asunto sobre la dependencia de terceros países es muy preocupante, eso va a ir a más. No puede ser que haya tanta dependencia de tantas cosas. Tenemos un sistema institucional un poco enfermo que dificulta que la ‘V’ en España no sea tan rápida. Pero en general yo soy optimista y veo que las empresas están más animadas si esto no se desmadra. 

 

¿A las gallegas también?

Voy todos los meses a Galicia porque estoy en el consejo de Altia, donde veo el auténtico espíritu gallego de emprendedor y practicidad. Es lo que palpé también en Vigo la semana pasada, donde vi ganas en los empresarios pero también preocupación por la incertidumbre económica y por la reforma laboral.

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