Un mes de marzo negro para Stellantis Vigo, que deja de fabricar algo más de 14.400 coches por problemas de suministro de componentes. La factoría de Balaídos acumula numerosas paradas en los últimos días que se prolongarán en Semana Santa afectando a las dos líneas de producción. La 1, que es donde se montan el SUV y los sedanes, es la más impactada con más de 9.600 vehículos afectados entre los turnos que ya tuvieron que suspenderse y los de la próxima semana -sin actividad-. El sistema 2, donde se ensamblan las furgonetas, también se vio arrastrado por la falta de aprovisionamiento que, según pudo saber este diario, se debió a problemas con proveedores y piezas del motor, especialmente. El cuarto turno (fin de semana) no se vio afectado.
Se trata de la primera parada de producción que sufre este año la factoría de Balaídos, que ya había dado por superada la crisis de los microchips y que capeó con medidas adicionales la del Mar Rojo con el transporte vía aérea de componentes procedentes de Asia. En todo caso, este volumen de producción ‘perdido’ deberá fabricarse, ya que son vehículos que ya están vendidos.
Los trabajadores afectados por las paradas hicieron uso de jornadas de adecuación y los del sistema 1, por ser los más afectados, ya entraron en la bolsa de horas y podrían recurrir al ERTE que está en vigor cuando aquella medida de flexibilidad se agote.
Hay otras fábricas automovilísticas instaladas en España que también están sufriendo paradas de producción. Es el caso de la planta de Mercedes Vitoria, que canceló la producción varios días este mes y la primera semana de abril para adaptarse a la demanda. Ford Valencia extendió su ERTE hasta mediados del próximo mes y amplió hasta 700 los trabajadores afectados por problemas con proveedores.
Por otra parte, el CEO de Seat y Cupra, Wayne Griffiths, advertía ayer que las inversiones y el empleo del grupo Volkswagen en España "están en juego" y reclamaba al Gobierno que tome decisiones para impulsar la electrificación del sector automovilístico. Stellantis Vigo está pendiente de una inversión de 600 millones supeditada a las ayudas que reciba del Perte del vehículo eléctrico y conectado.
