Al menos la mitad de los componentes del nuevo modelo V20 se fabricarán en Galicia por 250 millones al año
Frederich Puech, director de la planta de PSA Vigo desde el pasado mes de septiembre, señaló ayer que el próximo giro en la organización de la firma supondrá pasar del Polo Ibérico, formado por las tres plantas de la compañía en España y Portugal dirigido desde Vigo, a lo que denominó Polo Atlántico, que incluye la nueva factoría del grupo que abrirá próximamente en Marruecos. Será un cambio cualitativo en la organización y también en la producción, que vinculó con el papel de Vigo y su puerto en el centro del corredor atlántico. Así lo indicó durante su intervención en las jornadas organizadas por el Consello Económico Social de Galicia, que preside Corina Porro, con otros organismos homólogos de Portugal, España y Francia que conforman la Red Transnacional Atlántica. Porro indicó en la introducción que el objetivo de este encuentro es fijar propuestas de cara a su traslado a la UE. Tambien intervinieron Teresa Pedrosa y López Veiga, de Zona Franca y el Puerto.
Por su parte, Puech dio datos sobre la evolución de la factoría de PSA y sobre su capacidad de producción para poner el énfasis en que el modelo estaba evolucionando. Ahora, Vigo funciona como la cabeza del Polo Ibérico compuesto por las factorías de Balaídos, Madrid y Portugal, con una producción anual de 555.000 vehículos. Pero el próximo año se pondrá en marcha la factoría de Kenitra en Marruecos. Y el director de PSA Vigo señaló que el siguiente paso es integrar y ampliar la organización teniendo en cuanta dicha factoría, que hará unos 100.000 vehículos al año (puede subir a 200.000) para el mercado africano, donde ahora exporta la fábrica viguesa. Adelantándose a posibles temores, insistió en que el mercado de PSA Vigo debe ser Europa, que apenas crece pero está bien definido y consolidado.
En cuanto a los proyectos a corto plazo, destacó que en 2018, probablemente a partir del segundo semestre, estará ya en plena producción para su comercialización la furgoneta K9 que como es conocido tendrá tres modelos con otras tantas marcas, Citroën, Peugeot y por vez primera en su historia, Opel, gracias al acuerdo de colaboración de PSA con General Motors. Sobre este asunto no se extendió ni acerca del acuerdo de fusión que se estaría negociando. En cambio, sí dio cifras sobre el impacto de esta nueva producción en Vigo y también del otro coche que se fabricará a partir del 2020, denominado por ahora como prototipo V20. La K9 tendrá un impacto directo muy relevante sobre la economía viguesa ya que la mitad de sus componentes se fabricarán en Galicia, según dijo. Lo que supondrá al año unos 500 millones de euros. Con respecto a la V20, se añadirán otros 250 millones de euros por el mismo concepto, directamente sobre las plantas auxiliares. Además, PSA también ha conseguido "recuperar" otros 60 millones de euros en componentes que se facturaban fuera de Galicia.
Tavares promete a Merkel mantener las factorías de Opel
El presidente del Grupo PSA, Carlos Tavares, aseguró ayer a la canciller alemana, Angela Merkel, que si prospera la compra de Opel se mantendrán las factorías, inversiones y puestos de trabajo de la compañía en Alemania.
Tavares se comprometió así ante Merkel en una conversación telefónica que mantuvieron ayer ambos y en la que la oferta empresarial de absorción fue el tema principal, según informó el portavoz del Gobierno alemán, Steffen Seibert, en un comunicado.
Por otro lado, el grupo automovilístico francés mantuvo ayer una reunión con los sindicatos alemanes que calificó de "constructiva" e indicó que se puso de mafiniesto la voluntad de ambas partes de iniciar un diálogo sobre el futuro de Opel y sus empleados.
En concreto, las negociaciones encabezadas por el presidente del directorio del grupo PSA, Carlos Tavares, el director de Recursos Humanos de PSA, Xavier Chéreau, el presidente de IG Metall y el presidente del Comité de Empresa Europeo de Opel, Wolfgang Schäfer-Klug, abordaron el impacto que tendría esta operación sobre los acuerdos ya existentes, la continuidad de las fábricas y la garantía de los empleos.
Por ahora, según detalla la compañía en un comunicado, el objetivo común pasa por preparar el relanzamiento de la empresa y de sus marcas emblemáticas. "El objetivo de PSA es convertir la colaboración y la calidad de las relaciones con las organizaciones sindicales es una ventaja competitiva y un factor clave en el éxito de la empresa", ha precisado Schafër-Klug.
Las conversaciones, en las que Opel podría quedar valorada en cerca de 2.000 millones de euros, se encuentra en una fase avanzada.n
