PSA Vigo es a día de hoy la fábrica de coches más productiva de toda España. Está al nivel máximo de capacidad con 2.300 vehículos al día, la de Opel Zaragoza se mueve a un ritmo de 2.150 y la de Seat Martorell en torno a las 2.000 unidades, con lo que la de Balaídos apunta a cerrar el año liderando en el territorio nacional.
El director de la planta viguesa, Ignacio Bueno, constataba ayer mismo que el centro "resiste mejor" la situación de crisis actual por el tipo de vehículos que fabrica, con las furgonetas y el nuevo todocamino Peugeot 2008 "con un gran tirón" en los mercados. Eso sumado a la flexibilidad de la fábrica que le ha permitido incorporar turnos de fin de semana cuya permanencia dependerá de la evolución de las ventas. "Estamos a tope de producción, la previsión para el último trimestre es buena pero vamos mes a mes", indicaba el patrón, con un mensaje de mucha prudencia ante lo que considera "una situación actual un poco artificial". "Venimos de dos meses de parón completo y ahora mismo nos estamos beneficiando del efecto embalsamiento del confinamiento y de una demanda de coches que se paró y que estamos recuperando", explicó Bueno en declaraciones a los medios en un acto celebrado en CTAG sobre robótica.
Un 2021 incierto
La previsión de producción para 2020 se sitúa en el nivel de los 400.000 coches y se espera que crezca con respecto a 2019. Menos optimismo hay a día de hoy hacia 2021, un ejercicio marcado por una gran incertidumbre. "Ojalá mantengamos esta dinámica el próximo año, pero dependerá fundamentalmente de la economía y del comportamiento de la pandemia", señala el director de la fábrica.
PSA Vigo acaba de estrenar el cuarto turno en la línea 1 de producción -la del 2008- con 600 trabajadores y lo mantendrá si la demanda de vehículos sigue al ritmo actual. Porque la planta ya no puede fabricar más, está al máximo de capacidad productiva, horaria y de apertura.
El CTAG se erige como epicentro mundial de la robótica vestible
nnn Los exoesqueletos ya están consolidados en la jerga de la automoción gallega y otros sectores como el naval, textil, pesca o la piedra aspiran a extender su uso de manera masiva con la llegada de la fábrica inteligente 4.0 en el horizonte 2025. Se trata de un sistema acoplable al cuerpo humano que ayuda al trabajador a realizar esfuerzos físicos.
A la cabeza de esta innovación está el Centro Tecnológico de Automoción de Galicia (CTAG) que esta semana acoge el V Simposio Internacional de Robótica Vestible, el mayor congreso de la comunidad industrial, científica y académica sobre esta materia. Es un evento virtual -con 400 participantes de 30 países- que se complementó ayer con un acto presencial en el laboratorio 4.0 del CTAG en Porriño bajo estrictas medidas de seguridad por el covid.
El vicepresidente económico de la Xunta, Francisco Conde, arropó el acto en el nuevo laboratorio de fabricación avanzada y abogó por el desarrollo de "la fábrica excelente que tiene que ser modular, flexible e incorporar la tecnología 4.0". Conde subrayó la importancia de "las personas y el talento", el mismo discurso que entonó el director de CTAG, Luis Moreno, acerca de la necesidad de "arraigar en Galicia el empleo de altísima cualificación" con el que cuenta el centro tecnológico.
Si hay una empresa a la cabeza del uso de los exoesqueletos es, junto con CTAG, PSA Vigo, que aspira a una incorporación generalizada de estos sistemas en los próximos años. "Nos posiciona a la vanguardia de la innovación industrial", señala el director, Ignacio Bueno, acerca de la fábrica inteligente en la que se está convirtiendo el centro de Balaídos.
CTAG lleva años trabajando en el uso de los 'wearable robotics' o exoesqueletos para la mejora ergonómica en los puestos de trabajo y recientemente se ha incorporado al centro de excelencia mundial que aglutina todos los avances mundiales en este campo. Una de las últimas novedades consiste en la incorporación de tejidos inteligentes "que permiten detectar mediante sensores el esfuerzo del trabajador y así controlar su estado de salud", indica Víctor Alonso, responsable del departamento de procesos y fábrica de futuro de CTAG, que ayer se convirtió en toda una pasarela de robótica vestible: un guante motorizado que suplementa el movimiento de cierre de la mano, ayudar para atornillar en altura o exoesqueletos de la zona lumbar o para la dorsal con el fin de aliviar el esfuerzo físico del trabajador y prevenir lesiones.
