La plantilla de Faurecia Porriño urge a la Xunta que evite el cierre
Los trabajadores blindan las instalaciones ante los impagos y el concurso de acreedores que pidió la empresa
La plantilla de la antigua Faurecia Interior de Porriño, ahora denominada Madera Fiber Technologies, está en pie de guerra ante el desmantelamiento que se está produciendo en la empresa, abocada al cierre inmediato. “La situación es crítica, pero vamos a luchar hasta el final porque no hay derecho a que hagan esto”, explica Leonardo Suárez, presidente del comité, que hace un llamamiento urgente a la Xunta para que intervenga “y defienda los puestos de trabajo”.
Son un centenar las personas afectadas por el cese de la actividad y el impago anunciado por la dirección de la compañía, que acaba de declararse insolvente y presentó concursos de acreedores ante el juzgado. “La nómina de septiembre no la vamos a cobrar, nos lo dijeron, y como tampoco se está pagando a proveedores pues no hay trabajo”, explica el portavoz de los trabajadores, que siguen acudiendo a diario a la empresa y se van rotando para atender las instalaciones y vigilarlas.
“No sabemos lo que pueden hacer, después de este desmantelamiento. Es una carrera de fondo lo que estamos viviendo, de película”, indica Suárez por los acontecimientos sucedidos en apenas año y medio que van a suponer el punto y final de la compañía instalada en el polígono de As Gándaras desde hace más de tres décadas.
La plantilla acaba de dar inicio a una ronda de contactos con diversos grupos políticos como el BNG de Porriño y la próxima semana mantendrán un encuentro con el alcalde del municipio. A la espera de que la conselleira de Economía los reciba, llevarán sus protestas a Vigo el próximo miércoles con una concentración delante de la Xunta para exigir su intervención y buscar inversores que permitan mantener la actividad y el empleo.
Mader Fiber está especializada en la fabricación de elementos destinados a recubrir los interiores de automóviles, como los paneles de puertas y asientos de los vehículos. Estos productos se elaboran a partir de la fibra de madera de pino y fibras sintéticas que se revisten de cuero o productos textiles. Su principal cliente es Faurecia, a la que acusan de ser la culpable del cierre que se va a producir.
Venta por 1 euro, un fondo alemán y una empresa rumana
Fue en enero de 2022 cuando el grupo francés Faurecia vendió la planta de su filial en Porriño al grupo alemán Callista Private Equity, un “fondo buitre que se dedicó a descapitalizar la fábrica”, indica el comité acerca de una rocambolesca operación que se materializó por un precio simbólico de 1 euro.
Meses después, Callista vendió los terrenos por un valor de 2,4 millones, según los sindicatos, y a principios de este año se desentendió definitivamente del proyecto cediendo los activos a una empresa de Rumanía gestionada por Rüdiger Wisser, el mismo que acaba de solicitar concurso de acreedores ante la situación de insolvencia.
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