El desempleo entre los jóvenes de 16 y 29 años aumentó un 30% en un mercado laboral que envejece. En toda la provincia sólo 1.000 encontraron trabajo en el primer trimestre mientras 17.500 no lo tienen. Preparar oposiciones o emigrar a otro país, opciones ante la incertidumbre y la ansiedad laboral
El mercado laboral de la provincia, con el núcleo duro en Vigo y su área, se envejece porque el número de ocupados (personas que trabajan) crece más entre los sénior que entre la población juvenil. En el primer trimestre del año la provincia sumó apenas 1.000 ocupados de entre 16 y 29 años, el tramo de edad que contabiliza la Encuesta de Población Activa en cuanto a los jóvenes. Mientras, entre los mayores de 55 años, la ocupación aumentó en 5.700 personas.
Y el paro juvenil va en aumento. Entre enero y marzo había en la provincia 17.500 desempleados de entre 16 y 29 años, que son 3.600 más que un año antes. Supone un crecimiento de casi un 30% y la cifra más alta desde 2016, a excepción del tercer trimestre de 2020 cuando había un millar más que ahora pero era la peor época de la pandemia. De esos 17.500 desempleados jóvenes, 14.000 ya habían trabajado en algún momento y los 3.500 restantes buscaban su primer empleo.
En el conjunto de Galicia la población juvenil parada se situó a principios de este año en 36.500; es decir que casi la mitad se concentran en la provincia, algo normal ya que Vigo y su área son el motor de la economía gallega y si encabeza el número de trabajadores, también lo hace en cuanto al desempleo.
En España la tasa de paro juvenil bajó al 30% -hace un año llegó a estar en el 40%- pero es la más alta de Europa, donde nuestro país tiene los peores datos en todos los análisis del mercado laboral.
Más de un año buscando empleo
Hay un indicador muy revelador del estado de salud del mercado laboral que es el paro de larga duración; es decir, aquellas personas que llevan como mínimo 1 año buscando un puesto de trabajo y que en muchos casos se eterniza. En Galicia había en el primer trimestre del año 57.200 personas en esta situación, de las que el colectivo más perjudicado es el sénior (más de 55 años) con 16.400. Los del edades comprendidas entre los 16 a 24 años eran 2.100 y 11.600 del siguiente tramo, de entre 25 y 34 años. En este caso sí se produce un descenso de desempleados con 4.200 menos en relación a hace un año, a la espera de lo que depare la EPA del segundo trimestre ya con los efectos de la reforma laboral.
“Somos la clave del futuro de las empresas”
Daniel está a punto de acabar el Trabajo Fin de Grado (TFG) en Economía y su idea es realizar un máster. “Si no me cogen me planteo ir fuera de España porque en este campo hay bastante oferta laboral en el centro de Europa o en Irlanda y no requieren experiencia mínima. Aquí en muchos casos te piden cinco años de experiencia y con poco más de 20 años como tengo yo, es imposible”. “Hay un sentimiento muy grande de incertidumbre entre los jóvenes y ansiedad laboral porque vemos mucha precariedad”.
Formado en la Universidad de Vigo y en la de Bucarest, Daniel considera que los trabajadores “son un activo fundamental en la empresa y así lo deberían entender todas, apostar por la formación y por los jóvenes porque nuestra generación es la clave, la que va a marcar el futuro empresarial del país".
“Preparo oposiciones, es la mejor opción”
Su trabajo como moza de almacén en el turno de noche le permite estudiar durante el día. Icía, de 24 años y natural de Porriño, estudio Educación Infantil y quiere opositar. “La carrera la saqué sin problema, pero trabajar ya es otra cosa. Me presento el 18 de junio, tenía claro que iba a hacer oposiciones porque soy consciente de que el mercado laboral está bastante mal y nosotros lo tenemos complicado porque muchas empresas requieren experiencia laboral de varios años y ser joven. Es imposible, es la pescadilla que se muerde la cola”, afirma.
Icía ya perdió la cuenta de la gran cantidad de ofertas de trabajo que vio desde diciembre. “Unas 200 y me salió sólo una. No me cierro puertas, busco de lo que sea pero en ciertos puestos me descartan al ver que soy una chica".
“No me importaría ir a otro país por trabajo”
Alberto concede esta entrevista a pocos días de comenzar a trabajar. “Empiezo la próxima semana en un supermercado como cajero y reponedor, pero voy a seguir formándome para poder optar a otras oportunidades laborales aquí o fuera”. “Trabajé dos veranos en Alemania como ayudante de cocina y estuve a punto de ir a Holanda este año, prefiero quedarme aquí pero si no veo opción no me importaría emigrar”. Su experiencia en el mercado laboral alemán fue buena. “En hostelería vi que las condiciones laborales son óptimas y se cobra más que en España”, cuenta el joven vigués. A sus 24 años tuvo otros empleos en una tienda de zapatos y también participó como guía en el campeonato del mundo de balonmano femenino. “Lo que sea mientras me sigo formando, hice un ciclo medio de actividades comerciales y ahora hago uno superior de gestión de eventos y agencias de viajes”.
“Me marcó mucho trabajar en Finlandia”
Jose tiene muy buenos recuerdos de su estancia en Finlandia donde trabajó como actor. “Estuve dos años y me marcó mucho trabajar en este país porque los salarios son muy decentes y las condiciones laborales muy dignas y no sólo en mi profesión porque también trabajé allí como camarero y, aunque no es mi campo, la experiencia fue buena”. “Creo que, en general, España tiene mucho que aprender de los países nórdicos en materia laboral”, opina este vigués de 28 años.
Formado en la ESAD en Vigo y en la Universidad de las Artes de Helsinki se quedó sin trabajo recientemente en una empresa de espectáculos en la que estaba en Madrid. “Yo soy de Vigo pero me fui a la capital porque veía más salidas laborales en lo mío y es cierto que las hay, pero te encuentras de todo. Si das con una compañía seria, bien, pero por desgracia las hay que se aprovechan de los jóvenes y también de los no tan jóvenes”, lamenta.
