La OCDE rebaja el crecimiento para España y lo aleja del 7% del Gobierno

La vicepresidenta Nadia Calviño atiende a la prensa en los pasillos del Congreso.
photo_camera La vicepresidenta Nadia Calviño atiende a la prensa en los pasillos del Congreso.
Lo reduce al 4,5% para este año y considera que no se volverá al nivel de actividad de 2019 hasta el primer trimestre de 2023

La OCDE revisó fuertemente a la baja sus previsiones de crecimiento económico para España este año, que deja en un 4,5%, muy por debajo del 6,8% que había estimado en septiembre y del 6,5% que mantiene el Gobierno contra la opinión de todos los grandes institutos de coyuntura. En su informe de Perspectivas Económicas publicado ayer, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) también reduce de forma importante sus expectativas para 2022 al 5,5%, lo que significa 1,1 puntos menos de lo que había anticipado hace poco más de dos meses.

La consecuencia de todo eso es que España no volverá a recuperar el nivel de actividad que tenía a finales de 2019, antes de que estallara el coronavirus, hasta el primer trimestre de 2023, un año en el que la progresión del PIB debería ser del 3,8%. El análisis de la OCDE coincide con el que hizo hace tres semanas la CE, que predijo un crecimiento en España del 4,6% en 2021 y del 5,5% en 2022.

La principal razón de este cúmulo de decepciones es el fiasco con los datos del PIB del segundo trimestre que el Instituto Nacional de Estadística (INE) modificó a finales de septiembre después de haber generado un gran optimismo en julio, que confundió también a los analistas de la OCDE, que tuvieron que corregir el tiro. Si antes de que el INE rectificara España iba a ser el país de la organización que iba a tener el mayor crecimiento este año, ahora se quedará por debajo incluso del 5,2% que se espera en el conjunto de la zona euro, donde se elevaron en particular las cifras de Francia, donde se calcula una progresión del 6,8%.

La economista de la OCDE Müge Adalet McGowan señala que los datos de la actividad en España en el tercer trimestre también les desecpcionaron y eso va a tener consecuencias para su proyección en los últimos tres meses.

LA INFLACIÓN

Por si fuera poco, en las últimas semanas se fueron añadiendo motivos de inquietud, empezando por la inflación (5,4% en octubre) causada por la escalada de los precios de la energía, y que debería llegar a un pico a finales de 2021 para volver a niveles más moderados “a mediados de 2022”, según Adalet McGowan. Al final, los autores del informe creen que si la media de la inflación interanual en 2021 se situará en el 2,9%, en 2022 será todavía algo superior, del 3,2%.

El de la inflación es uno de los principales riesgos que pesan sobre la economía española de cara a los próximos meses -junto con el de un repunte epidémico en un momento en que se especula sobre la peligrosidad de la variante ómicron- ante la posibilidad de que el tirón de los precios de la energía se acabe trasladando a los sueldos y a muchos otros sectores. España también está sufriendo problemas de aprovisionamiento en algunos sectores clave, como ocurre con los semiconductores que obligaron a parar de forma repetida las cadenas de montaje de las fábricas de automoción, pero menos que en otros países europeos.

En el terreno del empleo, aunque se haya reducido muy significativamente el número de trabajadores en ERTE (alrededor del 6% de los que había durante el pico de abril de 2020), la tasa de paro seguía siendo elevada en el tercer trimestre, del 14,7% de la población activa y del 30% entre los jóvenes.

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