La pesquera está renegociando con la banca acreedora una deuda millonaria próxima a los 100 millones
El preconcurso de acreedores (preinsolvencia) que solicitó Fandicosta tiene carácter reservado y así lo declaró el Juzgado Mercantil número 1 de Pontevedra, según informan fuentes del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG). La compañía pesquera viguesa blinda de este modo más todavía la negociación para reestructurar su deuda millonaria, que roza los 100 millones de euros. Y es que con dicho carácter reservado que tiene la situación preconcursal en la que se encuentra, la empresa puede preservar su imagen y reputación dado que no se publica en el Registro Público Concursal y puede negociar con intimidad.
Precisamente Fandicosta transmitía en las últimas horas que el grupo está llevando a cabo en estos momentos un plan de reestructuración con desinversiones para solventar las dificultades de tesorería que padece. Se trata de una negociación a varias bandas que cuenta con el apoyo de la Xunta -posee un 12,5% de la pesquera a través de XesGalicia- y en las que estarían involucradas entidades financieras, los principales acreedores.
La compañía apunta a ciertos retrasos con pagos a proveedores derivados precisamente de la tensión de su tesorería, una situación que está tratando de solventar para evitar la liquidación. La vía legal ahora abierta a través del preconcurso supone un periodo de tres meses (más uno adicional) en el que la pesquera gana tiempo porque ningún acreedor puede instar un concurso de acreedores y la empresa tampoco es intervenida por el juzgado.
Entre la plantilla -algo más de 200 personas- hay intranquilidad debido a la falta de información por parte de la dirección. Los sindicatos CC OO, CIG y UGT han pedido una reunión urgente con la Xunta y la empresa asegura que la actividad se está desarrollando con normalidad y que hay stock de productos para servir desde la planta frigorífica de Domaio (Moaña).
Fandicosta, Casa Botas y Peixemar forman el grupo pesquero, ahogado por las deudas que contrajo a raíz del devastador incendio que calcinó sus instalaciones de Moaña en 2016.
