El Centro Tecnológico de la Automoción de Galicia (CTAG) acaba de presentar los resultados del proyecto ALMA, que ha liderado durante tres años, y que ha conseguido reducir un 22% el peso de la carrocería de un coche eléctrico, lo que supondrá incrementar un 6% la autonomía del vehículo y reducir un 24% las emisiones de CO2.
Desde CTAG señalan que se trata de “un avance transformador del sector de transporte por carretera” a través del proyecto ALMA (Advanced Light Materials and Processes for de Eco-Design of Electric Vehicles), financiado por la UE y realizado en un consorcio con 9 socios de 4 países. En el grupo participan cinco empresas, tres centros de investigación y una asociación internacional, entre ellos ArcelorMittal, Batz y Ford. Ha sido presentado en la Exposición Mundial de Componentes y Proveedores de Automoción de Stuttgart.
Raquel Ledo, responsable del área de innovación de materiales de CTAG y coordinadora de ALMA, explicó que “son necesarias estructuras más ligeras en el vehículo eléctrico por el peso adicional que suponen las baterías”, además de señalar que “los socios industriales confían en que en el medio plazo las tecnologías y materiales podrán llegar a las nuevas plataformas de vehículos y a una nueva gama”.
Entre las cosas que han reducido el peso está que ArcelorMittal consiguió consolidar alrededor de 10 piezas en un único componente de gran tamaño, mediante una única operación de estampación, consiguiendo perfiles de menor espesor. Por su parte, Batz, Ford y CTAG desarrollaron diseños innovadores para la cubierta de la batería y el refuerzo del panel de abordo, con un material de fibra de vidrio tejida de rendimiento similar al de aceros y metales.
El proyecto incluye además medidas de circularidad, así como de reciclado y recuperación de materiales en el final de la vida útil del vehículo. En este sentido se realizaron pruebas con el ensamblaje reversible para la separación en el final de la vida del vehículo, así como pruebas de reciclabilidad de los materiales.
