La venta de Barreras es ya inminente. El mayor astillero privado de España registró ayer en el Juzgado de lo Mercantil número 3 de la provincia, con sede en Vigo, la solicitud de declaración de concurso voluntario de acreedores, con el que desde la compañía aseguran querer llevar a cabo “un relanzamiento del negocio del astillero y la expansión de su actividad de construcción, lo cual beneficiará igualmente a la industria auxiliar gallega dependiente”.
En la documentación presentada se solicita que, con carácter previo a la fase de liquidación, se proceda a la venta de la unidad productiva (las instalaciones y la concesión portuaria). La magistrada del órgano tiene que decidir ahora sobre la admisión a trámite del concurso y si se cumplen los requisitos para su declaración, este trámite consiste básicamente en confirmar que la empresa ha presentado toda la documentación necesaria. En relación a estas cuestiones, emitirá un auto en los próximos días.
El astillero, en manos de Ritz Carlton, contrató a la consultora Kroll hace meses para gestionar el proceso de venta, tras el fracaso de los últimos proyectos, con contratos anulados, otros que no llegaron a formalizarse y con el yate-crucero de lujo “Evrima” que se está terminando en Santander.
La consultora presentó ayer junto a la solicitud de concurso las tres ofertas vinculantes que ha recibido por el astillero para que, previo informe de la administración concursal, el juzgado decida cuál es el mejor de los postores y le adjudique la unidad productiva. Desde el astillero señalan que “razonablemente debería suceder en las próximas semanas” y confían en que el proceso “permita una pronta adjudicación de la unidad productiva, lo que redundará en beneficio de todos los acreedores y partes interesadas”.
Las tres ofertas por la unidad productiva provienen de tres candidatos a hacerse con la factoría de Beiramar: los astilleros asturianos Armón y Gondán y el empresario vigués José Alberto Barreras Barreras, a través de la firma que preside, Marina Meridional (Grupo Argos) que fue precisamente la misma con la que hace ahora un año compró la antigua Factoría Vulcano que reconvirtió en Astilleros San Enrique. En este caso, el proyecto todavía no se ha materializado con actividad industrial debido a la anulación de la concesión portuaria que le impide contratar barcos.
La consultora Kroll se reunió ayer con el comité de empresa, que llevaba semanas solicitando un encuentro para conocer los detalles de estas tres ofertas antes de que fueran presentadas al juzgado, algo que finalmente no sucedió, por lo que “poco pudimos aportar”, asegura su presidente Sergio Gálvez.
“Desde el comité de empresa pedimos que se apueste por una oferta que mantenga a todos los trabajadores, la plantilla ha tenido un comportamiento ejemplar ante esta compleja situación del astillero, hemos estado esperando ofertas que aporten salidas a este problema y no puede ser que ahora los trabajadores paguen por ello y se tengan que ir a la calle”, afirma Gálvez. El verano del pasado año, se aprobó un ERTE para gran parte de la plantilla, solo una decena de personas está trabajando en las instalaciones de Vigo, y otros 30 están desempeñando labores para rematar el “Evrima” en Santander.
