Los armadores de Vigo ya negocian la prórroga del caladero de las Malvinas

Uno de los buques congeladores de gran altura estacionados en los muelles de Beiramar en Vigo.
photo_camera Uno de los buques congeladores de gran altura estacionados en los muelles de Beiramar en Vigo.
La estabilidad más allá del año 2031 permitirá renovar la flota congeladora a los empresarios vigueses y de Marín, que explotan de forma exclusiva el calamar de sus aguas, donde capturan hasta 120.000 toneladas al año. Plantean al gobierno de las islas británicas una prórrroga de diez años. También abren relaciones con China

El caladero de las Malvinas lo seguirá explotando de forma exclusiva la flota congeladora de altura de Vigo y Marín hasta 2031, un plazo que parece suficientemente largo para contemplar un horizonte despejado, pero que no lo es tanto para los armadores.

Fuentes del sector indicaron a este diario que han decidido iniciar ya las negociaciones con el gobierno de las Falkland (como denominan los británicos a sus islas en disputa con Argentina) para mantener la exitosa relación bilateral durante muchos años más.

Según señalaron en la Cooperativa de Armadores del Puerto de Vigo (ARVI), parece posible pactar una prórroga para conservar durante más años la satisfactoria situación actual. Para las dos partes es óptima: para la flota viguesa, porque gestiona de forma exclusiva un caladero de calamar con 60.000 toneladas en cada campaña, y hay dos al año.

Los armadores destacan que el recurso está lejos de agotarse gracias a un control exhaustivo que permite la recuperación de los cefalópodos, que además cuentan con un ciclo vital muy corto “y los que no pescamos, mueren”.

También es un negocio para las lejanas islas australes frente a la costa argentina, porque logra unos beneficios económicos que colocan a Malvinas como uno de los “países” -en realidad se trata de una dependencia de ultramar con un gobierno autónomo- con mayor renta per cápita del mundo.

Es una sencilla ecuación: son apenas 2.800 habitantes que a cambio de residir en una zona aislada, con vientos polares y playas minadas desde la guerra con Argentina reciben millones de los armadores vigueses y de Marín como compensación por poder pescar en sus aguas durante unos meses tasados al año.

Los británicos no son consumidores de pescado, más allá del tópico “fish and chips”, y tampoco tienen gran interés en ejercer la pesca, salvo en sus costas más próximas y en ningún caso de gran altura, con campañas con un mes sin tocar puerto.

Por tanto, las dos partes están satisfechas con el acuerdo actual, y según los empresarios vigueses no habría motivos para no prolongar el convenio y al menos de entrada habría buena disposición. 

Desde ARVI se insistió en que garantizar la prórroga permitirá que los armadores pongan en marcha sus programas de inversión y renovación de las flotas. Es decir, solo sabiendo que el caladero continuará bajo sus manos llevará a la construcción de nuevos buques congeladores, cuya amortización necesita de varios ejercicios continuados. Y por tanto, garantías de se mantendrá la situación actual.

Otro asunto que parece resuelto son el pago de los aranceles por importación del calamar malvino tras la decisión de la UE de permitir la entrada de hasta 75.000 toneladas sin tener que abonar las tasas obligadas de un país tercero, como es el Reino Unido desde el Brexit. 

Es un procedimiento por el que los armadores recuperan el impuesto tras vender los calamares a plantas de transformación, como exige Bruselas para no aplicar el incremento de importación.

Durante la reciente feria Conxemar se han realizado numerosos negocios por parte de los armadores vigueses, entre ellos con las delegaciones de China, que cada vez se muestran más interesados en pasar de vendedores del producto a compradores, un cambio que puede significar un vuelco en las relaciones bilaterales. China tiene una flota de larga distancia colosal y en crecimiento, con más de 2.500 buques, frente a apenas 400 de la UE.

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