Abanca rompe con Cooke y aparca el proceso de venta de Nueva Pescanova

Nueva Pescanova tiene en marcha la elaboración de un plan estratégico. En la foto, la icónica torre de Chapela.
photo_camera Nueva Pescanova tiene en marcha la elaboración de un plan estratégico. En la foto, la icónica torre de Chapela.
Escotet avanzó en Vigo que la prioridad ahora es el plan estratégico: “La empresa va bien y nos ilusiona”

Abanca ha dado un paso atrás y ha roto las negociaciones con la canadiense Cooke para la venta de una paquete importante de control de Pescanova. “Hemos decidido aparcar el proceso de búsqueda de socio industrial priorizando nuestro plan estratégico”, dijo ayer en Vigo el presidente de Abanca, Juan Carlos Escotet, a preguntas de Atlántico.

“La empresa va bien y nos ilusiona todo el proceso en el que nos encontramos para crear más valor y preservar el empleo y el futuro de la compañía, sabiendo el valor que tiene para la región y especialmente para esta ciudad. Por eso hemos comprometido el nivel de inversión ejecutado en los últimos años” aseguró Escotet.

En este sentido añadió que “la reciente incorporación de nuestro consejero delegado, Jorge Escudero, justamente apunta a fortalecer y hacer posible ese plan estratégico que ahora comienza" y apuntó que "creemos que tiene mucho más valor ejecutar dicho proyecto y aplazar la búsqueda de un socio industrial”, dijo.

A modo de conclusión, el presidente de Abanca explicó que “desde 2015 estamos en este empeño y no cejamos de ningún modo en continuar lo que estamos haciendo. Estamos convencidos de que la empresa irá por el buen camino”.

 

 

Para comprender este camino que ahora se detiene hay que remontarse al pasado mes de abril, cuando Abanca, propietaria del 98% de Nueva Pescanova, y la canandiense Cooke llegaban a un acuerdo para negociar la compraventa del 80% de la pesquera. A finales de mayo el consejero delegado, Ignacio González, anunciaba su marcha por “razones personales”. A finales de junio Escotet enfriaba el traspaso al afirmar que no había prisa en la operación. 

En medio de esta situación se conoció que Cooke había encargado varios informes a EY sobre las cuentas y el resultado no sería el esperado. Atlántico adelantó esas cuentas en junio, las pérdidas eran de 53 millones.

En estos meses se ha iniciado un proceso de reestructuración, que empezó con un ERE para los servicios centrales y que acaba de concluir con la salida de 76 empleados.

El ERE, primera medida de un amplio plan estratégico

Tras un mes de negociaciones, representantes de los trabajadores y de la empresa llegaron a un acuerdo para cerrar el Experiencia de Regulación de Empleo (ERE), que es la primera medida más visible a la que seguirán otras, una vez esté terminado el nuevo plan estratégico que se está elaborando. De las 100 personas iniciales que se habían puesto sobre la mesa, finalmente las salidas se redujeron hasta las 76 personas. 

En líneas generales, para los menores de 58 años afectados se les ofrece para su salida la alternativa de un despido improcedente, con una indemnización de 33 días por año trabajado y un máximo de 24 mensualidades.

Para los mayores de 58, se establece un plan de prejubilaciones en función de la edad y los ingresos de cada persona, para dar la "máxima cobertura posible" a los empleados, según explican las mismas fuentes.

De las 76 personas que saldrán de la empresa, cuatro pertenecen a las oficinas de Nueva Pescanova en Madrid, mientras que 72 están ubicadas en la central de Chapela.

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