El piloto español Carlos Sainz (Ferrari) se adjudicó la victoria en la carrera del Gran Premio de Australia, tercera prueba del Mundial de Fórmula 1, en una jornada marcada por el abandono en las primeras vueltas del líder del campeonato, el neerlandés Max Verstappen (Red Bull), y en la que Fernando Alonso (Aston Martin) terminó sexto pero fue relegado a la octava posición tras una sanción por una maniobra ante el británico George Russell (Mercedes).
Sainz, con la cicatriz por su operación de apendicitis de hace dos semanas todavía reciente, dominó de manera aplastante en el Circuito de Albert Park de Melbourne y aprovechó la retirada del holandés, afectado por una avería en los frenos.
Así, bandera española en mano, comandó el doblete de Ferrari, que metió a su otro piloto, el monegasco Charles Leclerc, segundo y con el premio de la vuelta rápida. El británico Lando Norris (McLaren), gran amigo del piloto madrileño, completó el podio australiano en tercera posición.
Todo saltó por los aires en la vuelta 3, cuando un hilo de humo comenzó a salir del Red Bull de ‘Mad Max’, que ya había advertido de que algo andaba mal en su monoplaza. Antes, Sainz se lo había quitado de encima en el segundo giro en el trazado oceánico, iniciando su aplastante dominio.
La ‘Scuderia’ se quedó con el camino libre, solo preocupada de gestionar el ‘graining’ de sus neumáticos, y Sainz empezó a tirar, mientras por detrás los coches comenzaban a pasar por garajes y McLaren hacía cálculos para subir al podio.
Mientras, Alonso recuperó posiciones con un ‘safety car’, pero en su defensa ante Rusell, el británico acabó contra un muro y el asturiano fue sancionado.
