La plantilla de ensueño del Real Madrid

Contra sí mismo. Contra el hambre. El Real Madrid afronta la temporada del hipotético septete con una plantilla espectacular reforzada con la llegada de Mbappé y Endrick pero con tres bajas más importantes de lo que parece, Kross pero también Nacho y Joselu fueron piezas clave en la conquista de Supercopa de España, liga y Copa de Europa. Después de una gira por Estados Unidos que no vale como baremo, con la mitad de la expedición compuesta por futbolistas del Castilla, la primera prueba oficial no se hace esperar, este mismo miércoles afronta la final de la Supercopa de Europa contra los italianos de la Atalanta.

Ancelotti continúa al frente, el mejor entrenador posible para gestionar un grupo de futbolistas sobresaliente. Pendientes de si Lunin decide marchar, con Courtois intocable en la portería, únicamente el puesto de defensa central deja dudas, ya sin Nacho y con Alaba todavía de baja durante unos cuantos meses más. Rüdiger y Militao ocuparán los dos puestos, el problema viene cuando no estén o simplemente haya que rotar. Eso en el mejor de los casos, porque un año atrás las lesiones del guardameta belga y del defensor brasileño abrieron un sinfín de dudas que el entrenador italiano manejó con maestría. De momento, el primer contratiempo ya ha llegado, Joan Martínez, un jovenzuelo de apenas dieciséis años, se rompió el cruzado en el primer entrenamiento en Valdebebas a la vuelta de América. Dieciséis años de edad pero apuesta de futuro seria del club, que contemplaba que entrenase con el primer equipo de forma habitual.

Con Carvajal y Lucas para el carril derecho y con Mendy y Fran García para el izquierdo, a partir de ahí la abundancia es la nota predominante. Todo depende de si el Madrid juega con tres arriba o cuatro en el medio y dos en punta. Si el sistema es un 4-3-3, Mbappé, Vinicius y en menor medida Rodrigo tienen plaza fija. Pero también podría entrar Endrick como delantero centro si la apuesta son centros y remates.

Por detrás, Tchouaméni y si no Camavinga sería el elegido para el medio centro, en principio con Valverde y Bellingham como interiores. Pero es que las combinaciones son tantas que no aprovecharlo sería de necios. Porque no se puede ni se debe dejar de lado a Modric, ni a Brahim ni a Güler ni tampoco a Ceballos o Nico Paz si finalmente se queda. Porque a todo este arsenal hay que sumar también a Mario Martín, un medio centro puro que no va a seguir en el segundo equipo merengue.

Siete títulos y cerca de un centenar de partidos exprimirán a una plantilla repleta de futbolistas internacionales. Que tendrán competencia seguro en casa con un mejor Barcelona seguro con Flick que con Xavi y con un Atlético ahora sí decidido a dejar atrás el conformismo de las últimas temporadas. Y en Europa, el ramillete es más amplio aún, empezando por un City al que el Madrid ha dejado en el camino en dos de los tres últimos enfrentamientos. Pero también un PSG ahora sin la dependencia de Mbappé, Bayern, Dortmund y Leverkusen de la Bundesliga, los dos equipos de Milán además de la Juventus, algún inglés que otro aunque coleccionen decepciones, Oporto o los equipos franceses, siempre competitivos.

Atalanta este miércoles y Mallorca el domingo en la primera jornada de liga. El Valladolid será el primer visitante del majestuoso Bernabéu, el domingo 25 a las cinco, se supone que con Mbappé en la alineación. Antes de la Supercopa en Arabia -con los baleares como rival en semifinalesarrancarán la nueva Champions, con más jornadas y un nuevo formato más cercano a una liguilla que a una fase de grupos, y la Copa del Rey, la que arregló una mala liga hace dos años con aquel 0-4 en la vuelta de semifinales en el Camp Nou y la posterior victoria en la Cartuja en la final frente al Osasuna.

Mucho manejo. La segunda unidad no desmerece a la primera. En ella sobresale Brahim, el mejor en la gira americana. Todo lo que no sea un Madrid mandón será difícil de entender, aunque es verdad también que el fútbol de contragolpe encaja como un guante en las características de los delanteros. Bellingham no deberá jugar ya tan cerca del gol, ahora más pendiente de la creación. Pero siempre se ha dicho que los buenos pueden jugar juntos, que se entienden.