Martín de la Puente, con alegría y decepción

Como la vida misma, el deporte es una sucesión de alegrías y decepciones. A veces en cuestión de horas. Es exactamente lo que experimentó ayer Martín de la Puente en la pista central de Roland Garros, una Philippe Chatrier que pasó de la felicidad del vigués tras tumbar al francés Stéphane Houdet en cuartos de final del cuadro individual (6-2, 4-6, 6-1) a la amargura de una derrota, súper tie-break mediante, en las semifinales de la competición de dobles (5-7, 6-2 y 10/8).

Entre ambas batallas medió exactamente un gran final. Porque cuando el canterano del Náutico terminó su primer envite, en el segundo turno, saltaron al templo de la tierra batida los neerlandeses Sam Schroedes y Niels Vin y los británicos Andy Lapthorne y Greg Slade para pelear por la medalla de oro en el quad de dobles. Los holandeses ganaron por la vía rápida en una hora (6-1 y 6-1) y Martín regresó a escena junto a Daniel Caverzaschi para medirse a los nipones Tokito Oda y Takuya Miki.

El asunto empezó bien, con un 7-5 a favor de la pareja española. La reacción japonesa fue inmediata para establecer una cómoda victoria (6-2) en el segundo parcial. Todo debía resolverse en el temido e incierto súper tie-break, que cayó del lado asiático por un escaso margen.

Fue la decepción del día. Pero, igual que en la vida, lo importante es cómo se reacciona a los contratiempos y el dúo español aún tiene una oportunidad de ganar una medalla. En el caso del vigués, de colgarse dos. Porque antes de ese triste desenlace, De la Puente ajustició a Houdet para meterse en las semifinales. El olívico padeció algunas dudas en el segundo parcial (4-6) tras adjudicarse el primero con solvencia (6-2). En el cuadro individual sí hay tercer set y ahí, Martín desató la tormenta (6-1). Luchará por dos podios.