RODRIGO GERMADE. Palista cangués subcampeón del mundo en K4 500

"Ir a Tokio es una gran ilusión y es difícil"

Los componentes del K4 español, con el cangués Rodrigo Germade en el la popa, celebran la consecución de la plata y de la plaza olímpica.
photo_camera Los componentes del K4 español, con el cangués Rodrigo Germade en el la popa, celebran la consecución de la plata y de la plaza olímpica.
El palista morracense obtuvo la medalla de plata en el Mundial de Szeged dentro del K4 español, que logró una plaza en los Juegos Olímpicos 2020

Rodrigo Germade (Cangas, 23 de agosto de 1990) obtuvo ayer la medalla de plata dentro del K4 500 metros en el Mundial de Szeged y con la segunda posición también obtuvo el billete para los Juegos de Tokio. Todo ello tras una temporada llena de dificultades en las que Carlos Arévalo relevó a Cristian Toro dentro del barco. 

¿Cómo se sienten?
Estamos muy contentos porque fue un año duro y complicado, pero al final pudimos plantarnos en la final y pelear de tú a tú con Alemania. Nos ganaron en los últimos metros, pero estamos contentos con el trabajo hecho. Hemos tenido poco tiempo de preparación porque hubo que amoldarse a Carlos Arévalo. Lo hemos superado y el resultado salió. 

El K4 de hoy sí que ha mostrado el potencial de los últimos años. 
Sí, hoy fue el que venía siendo. Para nosotros también era un poco incógnita porque entrenando estábamos bien, pero no sabíamos hasta qué punto y, además, el nivel subió mucho. Nosotros nos vimos obligados a dar un acelerón grande y nos pudimos ver ahí. Estuvimos muy cerca de Alemania, que es un auténtico bicho, y estuvimos bien en el ritmo medio con ellos. 

¿Termina muy vacío tras este Mundial?
Sí porque había mucha tensión. Es un Campeonato del Mundo que es clasificatorio para los Juegos Olímpicos y cada puesto cuenta. Todo el mundo va a poder meterse en Tokio y ya no se lucha por las medallas, se pelea por cada posición. Esto incrementa la dureza de todas las pruebas, a lo que se añadió que fuimos los últimos en competir. Vas viendo que los compañeros consiguen resultados, obtienen cosas. Parece que te va quedando el marrón para ti y tienes que dar el máximo. Hemos estado sólidos, compactos y seguros, por lo que hemos hecho una muy buena carrera. 

Ahora llegan los días de descanso. 
Sí, es el momento porque ha sido un año muy complicado. De los más difíciles como deportista. Acudir a unos Juegos es una grandísima ilusión y poder ir es realmente complicado, muy muy difícil. En el anterior ciclo, con el K4 1.000 metros, tuvimos que apretar los dientes para conseguir una plaza y entramos ahí, ahí... 

El K4 500 fue una gran apuesta de la Federación Española, ¿notaban esta presión?
Sí, es un proyecto muy ambicioso y, quieras o no, las miradas estaban puestas en él y sólo había esta oportunidad. El barco de cuatro componentes sólo se clasificaba en este Mundial y esto todavía añade más presión porque los K1 y los K2 tenían otra oportunidad la próxima temporada. En nuestro caso no era así, no había margen de error. O lo conseguiamos aquí o te ibas para casa y se quedó fuera Francia con un subcampeón olímpico de 200 y República Checa con medallistas. Es muy complicado. 

¿Siente alivio?
Al entrar en meta le dije a mis compañeros: "Esta plata me sabe a oro y ole vuestros huevos". Porque es así, el año pasado fuimos subcampeones en el Mundial y nos quedamos un poco chafados porque nos hubieran ganado los alemanes. Pero en este, después de todo lo que pasamos esta temporada y de la presión que había... A esto se añade que Marcus Cooper estaba lesionado en el oblicuo, en el que tenía una microrrotura. Tuvo que palear infiltrado la final y todo fueron problemas esta campaña. Al final, hemos conseguido levantar ese segundo puesto, de una forma buena, y nos ha encantado. 

Y usted borró el mal recuerdo de hace ocho años en Szeged cuando no entró en unos Juegos. 
La verdad es que ahora estoy disfrutando mucho y esto en un proyecto muy importante. Voy con auténticos fieras del kayak en el barco y es una gozada, tanto entrenar como competir con ellos. Esto me hace estar muy ilusionado y muy contento. 

La selección española cubre las seis plazas de kayak disponibles. 
Es el objetivo principal, que era cubrir todas las plazas posibles. Y de qué forma. Todas las olímpicas han sido con medalla y demostrando un nivel muy alto. Está claro que España tiene mucha calidad. Es lo de siempre, se clasifica la embarcación y no los palistas. Pero también es cierto que es muy complicado sacar a un palista de nuestro K4 salvo si surgen dificultades o las cosas no van bien. En condiciones normales, tenemos mucho trabajo detrás, sobre todo de acoplamiento y técnica. Para alguien que no está metido en el grupo es difícil entrar. Por ejemplo, en los casos de Toro y Arévalo tenemos la suerte de que están en nuestro grupo. Arévalo llegó hace poco más de un mes y ya tenía conocimientos sobre la técnica, sobre la forma de entenderla, sobre el paleo o sobre cómo afrontar la carrera. Para acoplarlo, costó. Hubo que meter muchas horas, pero se consiguió de forma relativamente sencilla. Si llega alguien sin todo esto, es complicado.
 

Lo que sí lE obliga es a estar siempre a un nivel muy alto.
Esto es como una cinta de correr que se activa y ya no se para hasta que le das al stop y eso significa quedarte fuera. Tienes que seguir corriendo, corriendo, corriendo y aguantar hasta el final. Esto no para y ahora vienen los Juegos y tenemos que dar el máximo. Nosotros ya tenemos la ambición de querer rendir y estar en el nivel más alto posible. Sí puede haber momentos en el año que bajas alto, porque nadie es perfecto, pero nuestra mentalidad es estar todo el tiempo al máximo posible. Somos un barco muy sólido y profesional. 

Al final es alto rendimiento. 
Es deporte de alto nivel y se centra en el rendimiento. Si rindes, estás; y si no lo haces, no estás. Es justo o injusto, depende de cómo se vea, pero es así. Lo que tengo que hacer es lograr estar a un gran nivel cuando es el momento de hacerlo.

¿Firma una plata en los Juegos de  Tokio antes de empezar?
Yo no firmo nada. Vengo de hacer los Juegos Olímpicos en Río con un diploma y terminé bastante cansado mentalmente. Quería hasta dejarlo y mira dónde estoy ahora. Para mí es increíble y, en la actualidad, no me quedo en medias tintas. O todo o nada. No firmo nada con anterioridad. Si consigo ir, yo voy a por todas. Cuando volví de Río, el entrenador me sacó de casa y me llevó para Madrid a entrenar. Me decía: "no sabes lo que dices". Allí fui y mira ahora el lugar en el que estoy.

Una plata de gran nivel

El K4 español (1:19.77) compuesto por el cangués Rodrigo Germade, el betanceiro Carlos Arévalo, Saúl Craviotto y Marcus Cooper obtuvo ayer la segunda posición en el Mundila de Szeged tras finalizar segundo por detrás de la tripulación de Alemania (1:19.26). Ambas tomaron la cabeza de la prueba antes de llegar al ecuador de la final. España se colocó por delante, pero los germanos reaccionaron en los últimos 150 metros para elevar su ritmo y hacerse con la medalla de oro. La tercera plaza la Eslovaquía, a más de un segundo de los barcos cabeceros (1:20.96). La plata, tras una temporada de cambios, sitúa al K4 español como aspirante a medalla en Tokio. 

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