La selección española femenina de baloncesto, con las excélticas Raquel Carrera y Alba Torrens en sus filas, abre hoy en la ciudad húngara de Sopron un torneo preolímpico en el que se medirá con Japón, Canadá y la anfitriona Hungría en busca de conseguir uno de los tres billetes que se reparten para estar en los Juegos Olímpicos de París, uno de los grandes objetivos en la transición que inició el técnico vigués Miguel Méndez.
La actual subcampeona de Europa ya se encuentra en suelo magiar para afrontar esta cita vital para poder estar en la capital francesa el próximo verano, un objetivo que parece asequible porque sólo se queda fuera uno de los cuatro equipos, pero también engañoso porque no da demasiado margen en el caso de un mal día.
De todos modos, España se presenta en el Novomatic Arena como la teórica principal favorita, no sólo por su potencial y su último éxito continental sino porque de las cuatro es la que tiene el ránking más alto en la FIBA, el número cuatro, justo uno por delante de Canadá, mientras que Japón es la novena, pero con el aval de ser la actual subcampeona olímpica, y Hungría, la 19ª, aunque con el plus del público.
Por todo ello, la selección femenina acude cauta a este preolímpico, para el que no ha tenido demasiado tiempo de preparación, incrustado en un tramo complicado de campaña, y que para el seleccionador vigués Miguel Méndez es "retorcido" y que, "al 90 por ciento", no se resolverá hasta el último día.
España comienza su andadura hoy (16:30 horas) ante Japón, el primer rival y frente al que espera sacar una victoria para no ir con urgencias al segundo duelo, mañana ante Canadá (15:30). El cierre será el domingo ante Hungría (17:30). Para entonces, las de Méndez esperan estar ya clasificadas.
