Duelo entre los favoritos en el Tour de Francia
Tadej Pogacar se impuso en la primera llegada en alto y Vingegaard, segundo, se vistió de amarillo al desbancar a Hindley, que llegó a 2:39 junto al español Carlos Rodríguez
El Tour de Francia salió muy vivo de Pirineos tras el triunfo en solitario de Tadej Pogacar (UAE) en la sexta etapa, disputada ayer entre Tarbes y Cauterets-Cambasque, de 144,9 kilómetros. El esloveno superó en el duelo cara a cara al danés Jonas Vingegaard (Jumbo Visma), quien se vistió el maillot amarillo de líder con la segunda plaza en meta.
No estaba muerto Pogacar, estaba herido en su orgullo, pero entero y explosivo, como demostró al superar en el duelo en Cambasque a Vingegaard, incapaz de seguir la rueda del doble ganador del Tour cuando atacó a 2,7 de la cima, por donde cruzó brazos en alto con un tiempo de 3h54:27, a una media de 37,1 kilómetros por hora.
Pogacar (Komenda, 24 años) endosó 28 segundos a Vingeggard, contando los 10 de bonificación. Aunque no evitó el maillot amarillo del danés, nuevo líder, fue un golpe moral y de autoridad con un mensaje: el esloveno está muy vivo y sí es un serio candidato al amarillo en París. No es un referente el efímero líder australiano Jai Hindley, rey por un día, quien cedió en el Tourmalet y llegó a meta descolgado a 2:39 minutos junto a Carlos Rodríguez, una vez más enorme, y Simon Yates. El ciclista andaluz ya es quinto en la general a 3:30 de Jonas Vingegaard.
El corredor danés ya luce de amarillo, pero sin la superioridad que manifestó el miércoles en el primer asalto pirenaico. Pogacar le pisa los talones a 25 segundos, renaciendo el duelo más esperado del ciclismo actual. Hindley bajó a la tercera plaza a 1:34, Simon Yates cuarto a 3:14 y Rodríguez cierra el top 5. Mikel Landa cedió en la etapa 3:41 minutos y en la general es undécimo a 5.49.
Tras las escaramuzas habituales en los primeros kilómetros, a pie del Tourmalet, 85 veces ascendido en la historia del Tour, el Jumbo agarró la batuta en las operaciones de captura con un retraso de 4:30 minutos. El cambio de ritmo de los hombres de Vingegaard destrozó la carrera. Kelderman, Kuss y Vingegaard terminaron con Hindley a 4 km de la cima, impotente ante el ritmo de los Jumbos. Pogacar se soldó a la rueda enemiga, sometido al rodillo del conjunto neerlandés, que se completó con el ataque de Vingegaard a 2,5 de la cima.
En la bajada, Van Aert y Vingegaard, acompañado de Pogacar, ya iban juntos. Pero Pogacar llevaba una carta en la manga y la sacó a 2,7 de la cima de Cambasque. Un ataque sin respuesta sin Vingegaard y directo de meta.
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