El técnico de porteros de la cantera atlética desvela que "mi hijo y Mallo se conocen bien, somos vecinos"
Hugo Mallo conoce a Borja Bastón de primera mano. No por haberse enfrentado a él, que también, sino porque en las vacaciones de verano son vecinos en Marín. La razón es que Miguel González Bastón, marinense de nacimiento, es el padre de Borja –madrileño él– y la razón de que se dedique al fútbol, pues él también fue profesional como portero de Atlético Madrileño, Burgos y Chaves y, además, lleva lustros ejerciendo de técnico de guardametas en el Atlético.
Por sus manos han pasado porteros como Roberto o De Gea o, en su día, su propio hijo Borja. "Me veía a mí y quería imitarme como portero. Pero pronto pasó a jugador de campo dejando un puesto tan complicado como el de portero", narra el progenitor, quien se ha preocupado de que su hijo conozca de primera mano Marín en las vacaciones de verano y de Navidad. "Siempre vamos. Borja y Hugo se conocen bien porque somos vecinos", desvela.
Miguel dejó Marín a los 17 años para irse a la cantera del Atlético y Borja no le va a la zaga en pelea desde bien joven. "Estoy contento de cómo está ahora porque lo ha peleado desde niño. Ha tenido que salir muy joven de casa y estar cinco años cedido. Le ha hecho madurar porque nadie le ha regalado nada, ni un soplido para ayudarle ha tenido", dice orgulloso.
Aquella lesión en su debut con el Atlético "fue dura, pero ya está olvidada. Ha vuelto a ser lo que era desde niño". Borja triunfa en el Eibar, pero padre e hijo mantienen la esperanza de que pueda hacerlo en el Atlético: "Mi hijo es atlético de toda la vida. La ilusión está pero parece complicado porque este entrenador no le ha dado una oportunidad. Ya veremos en verano".n
