"La vela es uno de los deportes más difíciles y completos que existen"

Carlos Hernández es uno de los monitores que enseñan en las escuelas de verano del Monte Real Club de Yates de Baiona el bello arte de la navegación. Una institución que ya cuenta con más de 330 niños cada año y más de 160 adultos que acuden al muelle baionés para aprender las nociones básicas de la vela. Mañana, los más pequeños de la casa disfrutarán de una actividad + Deporte Atlántico donde conocerán de la mano de expertos como Carlos los secretos del mar y las labores de atraque, seguridad y conducción a bordo de una embarcación ligera.

Monitor de las Escuelas Deportivas del Monte Real. ¿Cómo están evolucionando en los últimos años?

A raíz del covid tuvimos una gran respuesta. La gente se apuntó mucho más porque era un deporte que, con todos los condicionantes y limitaciones que hubo, se podía hacer al aire libre y te daba esa sensación de libertad. Era uno de los pocos deportes que se permitía hacer. Por ello subimos en inscritos, tanto en jóvenes hasta los 18 años con la vela ligera, como en los adultos con vela crucero. La modalidad te daba la opción de practicar mucho en un momento donde los deportes, sobre todo en equipo, no se podía realizar tanto. Ya una vez recuperamos la normalidad, que fue hace relativamente poco, los otros deportes más mayoritarios están volviendo y sí es verdad que notamos algún pequeño bajón. Aún así, el nivel de interés y de inscritos de las Escuelas Deportivas y las de verano es muy superior a antes de la pandemia.

Jóvenes o adultos, ¿a quién interesa más?

Depende. El deporte te permite que lo practiquen gente de todas las edades. Tenemos hasta incluso gente de 70 u 80 años que viene a navegar y a aprender. Tal vez esté muy parejo, tenemos casi tantos adultos como niños, aunque los tiempos son diferentes. Para adultos está la escuela abierta todo el año menos en verano, que es cuando vienen los niños, que tienen más tiempo libre.

¿Cúal es el objetivo principal de las Escuelas de Verano?

Lo principal es que se diviertan y aprendan las nociones básicas. Luego, a raíz de acudir a torneos y campeonatos y obtener grandes resultados, es normal que se interesen más por la vela. Hay mucho interés por este deporte en niños de entre 6 a 10 años, aunque luego si obtienes unos buenos números, sigues en ello. Tal vez con 18 años sí notamos un parón, donde el joven tiene más distracciones o acude a la Universidad y abandona la vela si no tiene la motivación suficiente. Lo ideal sería que desde niño aprenda con la Escuela de Verano para que crezca, tenga buenos resultados, y luego, ya en edad adulta, tenga su propio barco en el Monte Real. Es algo recíproco.

Un consejo que le dais a los niños es cuidar el medio ambiente.

Así es. Desde pequeños intentamos los que participan en las Escuela de Verano tengan gestos con el medio ambiente y el mar. Por ejemplo, si encuentran una botella de cristal en el agua, que tengan la costumbre de recogerla y, una vez llegado a tierra, tirarla. El medio ambiente tenemos que cuidarlo, es algo ya obligatorio.

También ofrecéis clases de vela adaptada.

Empezamos hace unos años con el centro Juan María de Nigrán. Tuvimos un éxito increíble. Entonces, a partir de ahí, empezamos a abrirlo a otras asociaciones y, a día de hoy, tenemos como seis o siete donde acuden ya no sólo personas de edad avanzada o con falta de movilidad, sino también niños en riesgo de exclusión social o mujeres maltratadas. Les sacamos un poco de su día a día y eso lo agradecen.

¿Qué tiene la vela para enganchar a las nuevas generaciones?

Es uno de los deportes más difíciles y completos que existen. Normalmente, juegas en un terreno fijo, pero aquí cambia todo a cada segundo. El viento, el mar… Continuamente está cambiando. Además se necesita también un buen tono físico. Creo que la complejidad que tiene la vela te va enseñando todo el rato. Nunca dejas de aprender.